jueves, 22 de octubre de 2009

El conformismo nos acecha



El miércoles pasado leyendo la brillante columna habitual de Enric González, me dí cuenta de que el conformismo nos acecha y puede llegar a anular nuestra voluntad de cambio hasta límites insospechados. No podemos dejarnos caer en la pasividad.

Recuerdo una asignatura de libre elección, de nombre largo y pretencioso pero con chicha argumentativa, que cursé en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, 'Las estructuras ideológicas del conformismo social'. El profesor que la impartía era un pensador contundente, el sociólogo Marcos Roitman, de origen chileno, que tuvo las narices de solicitar la extradición de Augusto Pinochet antes de que lo hiciera el juez Baltasar Garzón, para encausarlo por crímenes contra la humanidad. Su asignatura, necesaria como tantos discursos reflexivos pertinentes sobre nuestra realidad, adelantaba el presente y vislumbraba el futuro. No podemos perder nuestra voluntad, ni aniquilar nuestra libertad, si perdemos nuestros deseos y lo que nos hace constitutivos de nosotros, nos perderemos a nosotros mismos.

Esto me recuerda que nunca debemos olvidar nuestros logros como sociedad, ni obviar tampoco nuestro derecho a protestar y reclamar nuestros derechos (a una vivienda, a un trabajo digno..).
La gente sale a la calle en masa por unas olimpiadas, por la victoria del Madrid, por la independencia, por el derecho de una lengua o contra el aborto, pero ¿alguien sale a la calle para protestar por la situación económica actual?
Nuestra rutina puede hacernos perder la noción de la realidad, siempre más amplia, pero nuestra obligación es defender las razones de la democracia y no permitir que las diferencias sociales vuelvan a los mismos niveles que en el siglo XIX. Camino de todo esto vamos si no lo impedimos.

1 comentario:

dubpocket dijo...

art mag:

http://issuu.com/m.i.m.pocket/docs/money5