jueves, 24 de diciembre de 2009

¿FIESTA?



TRAS LA FIESTA
Sólo palabras.
Voces que retumban,
y que rompen el vacío.
Ese pequeño espacio que ocupamos,
que compartimos
con la mirada puesta más allá,
porque flotar es revelador.

jueves, 10 de diciembre de 2009

VILLA TRISTE




Modiano tiene algo especial en su manera de narrar. Es un verdadero escritor ilustrado a la antigua usanza, como estilaban los escritores de finales del siglo XIX y principios del XX. Gusta de las descripciones detalladas. Recrea los lugares de tal manera que parece que los respiras. Su verbo se desliza por paisajes, perfila a los personajes a su manera para entregarnos una atmósfera psicológica. Maneja a la perfección el pulso narrativo y sabe medir los tiempos, la tensión. Todo tiene un halo entreabierto, desvela pero oculta, su prosa pasa sigilosamente y nos embauca.
En 'Villa Triste' la memoria nos devuelve al pasado, o lo que pudo ser y a lo que fue. El protagonista habla en primera persona del verano inolvidable que pasó en una población francesa de los Alpes, muy cercana a la frontera con Suiza, en la época que Francia combatía en Argelia. Y de su amigo René Meinthe y su chica Yvonne Jacquelet. Viviendo entre el lujo y la indefinición, disfrutando porque no se sabe donde acabará uno. El recuerdo pesa pero nos abraza.

"A mí que había soñado con nacer en una ciudad pequeña de provincias, no se me alcanzaba que alguien pudiera renegar del lugar de la infancia, de las calles, las plazas y las casas que constituyen el paisaje primero de cada cual. Sus cimientos. Y que alguien pudiera no regresar a él con el corazón palpitante" (Pág. 155-156)

"Las habitaciones de los hoteles de lujo dan el pego durante los primeros días, pero no tarda en desprenderse de sus paredes y de sus muebles mortecinos la misma tristeza que de los hoteles de mala muerte. Lujo insípido; olor dulzón de los pasillos, que no consigo identificar, pero que debe de ser el mismísimo olor de la inquietud, de la inestabilidad, del destierro y de la pacotilla" (Pág. 158)

Todo fortuito y levemente azaroso. El devenir o como las cosas llegan porque sí.