domingo, 6 de junio de 2010

LAS PALABRAS Y LA VIDA


Pasó el invierno y llegó la primavera.
Y el tiempo se me vino encima y perdí mis palabras por el camino.
Vuelvo en época de ocupaciones varias, de vacíos permanentes, de vueltas al pasado, y recuerdos turbios. Vuelvo porque no puedo perder las palabras, porque perder las palabras es perder la vida.

El tiempo pasa y a veces te deja helado, pero he recuperado el calor, porque no puedo morir de congelación. No. A pesar de vivir en un glaciar, helado, lento de movimientos y apoderado por el silencio. Un silencio demoledor, a veces tan rotundo como categórico, que me aplaca, que anula mi voluntad y que me impide pronunciarme.

Pero necesito este espacio para volar, para publicar lo que no me dejan publicar en otros medios.
Porque el que escribe necesita ver que sus palabras vuelan, aunque se queden en el aire y se las lleve el viento.
Así que esta bitácora tomará un lugar entre el periodismo, el diario, la escritura automática, la poesía y otros géneros 'degenerados'.

Retomar. Recomenzar. Reset. On recommence?

Vida, bebe mis palabras y llévalas al mar, al río, al afluente, a la charca o a la alcantarilla. Pero llévalas a alguna parte.