jueves, 14 de marzo de 2013

MÚSICA / CRÍTICA: Yo La Tengo @La Riviera (Madrid), 05/03/2013





La cultura es el hijo bastardo de la sociedad, y, sin embargo, es la esencia de la vida, el elixir del día a día. Si ya encima eres un trabajador de la cultura  y ‘freelance’ eres como un indigente de la sociedad, como el último mono de la cadena. Te ningunean pero tú sigues

Yo La Tengo. La promotora me deniega la entrada. Será porque soy un ‘freelance’ sin pedigrí, según ellos, porque por mi padre y por mi madre que tengo pedigrí, y bien elogiable. Y va y una buena amiga me regala la entrada como anticipo de mi cumpleaños. Regalos que valen mucho.

Ha pasado una semana desde el concierto y aún queda en mi memoria el rastro de su poderoso y sublime directo. Yo La Tengo son de otro planeta. Por eso me gustan. Y esta gira dejará huella. Ya les había visto en 2002 en un Sónar, musicando documentales científicos de  Jean Painlevé, una experiencia maravillosa, que editaron en cd posteriormente, y en 2003.


‘Fade’ (2013) era la excusa de esta gira. Su mejor disco de la última década, no cabe la menor duda entre la prensa especializada. “Ohm” vibra y crece hasta la extenuación o esas piezas que te mecen en la maravilla como ocurre con “Stupid things”, “Before we run”, “Cornelia and Jane” o “I’ll be around”.
Apostaron por dividir el concierto en dos partes. Una donde reinó la calma y que aportó los matices más logrados de la banda, los más delicados, y los que les acercan a The Velvet Underground, de hecho la voz de Georgia siempre ha recordado a Nico.
Después vino la revuelta sónica. Recuperaron clásicos como “Sugarcube”.  Y emocionaron con su torbellino de riffs. El set casi es lo menos, porque hagan lo que hagan, toquen lo que toquen, siempre cautivan.
Su escenografía tenía la fuerza de la naturaleza y el punto naif de los decorados infantiles, tres arboles recordando la portada de ‘Fade’. Algo sobrio pero que encaja a la perfección con como es el trío estadounidense.
Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNewman  Los de Hoboken se cambian instrumentos, se manejan a la perfección, su timidez contrasta con su sonido, que es rompedor. Son una baza segura. Los que fuimos testigos lo gozamos, asistimos a uno de los conciertos del año.

No hay comentarios: