viernes, 16 de mayo de 2014

MÚSICA / ENTREVISTA a Nacho Vegas con la excusa de la publicación de 'Resituación' (Marxophone, 2014) y el inicio de su gira


El pasado martes entrevisté a mediodía a Nacho Vegas en una terraza del centro de Madrid con motivo de sus tres conciertos de presentación de su sexto y último disco en la sala Joy Eslava de Madrid. Con dos llenos y una tercera fecha. Hoy se publicó una entrevista bastante corta en el diario ABC. Pero los 35 minutos de charla con el asturiano dieron mucho de sí, cómo para hablar de la colectividad, del desencanto, de la ciudad, del indie nacional, de colaboraciones con músicos de gran calibre, de tocar fondo y de lo que consiste en estar aquí. Ahí va la entrevista entera.




¿A qué punto ha llegado Nacho Vegas para resituarse?
Nacho Vegas: No creo que haya llegado a ningún sitio. Todos mis discos en realidad  son pequeños pasos en el camino. Y estoy en uno. ‘Resituación’ (Marxophone, 2014) también tiene que ver con lo que significa hacer canciones, hacer música. Creo que se está continuamente intentando renovar la mirada. Hacer canciones es saber ver las cosas, reaprender las cosas y saber mirarlas desde diferentes perspectivas y tener en cuenta el mundo en el que vives y todo lo que sucede. ‘Resituación’ es como una obligación a la hora de hacer música y es solamente un paso más que te lleva a nuevas situaciones. No he llegado a ningún sitio.

Toda la prensa ha dicho que es tu disco más político. Hay un refrán que dice ‘lo cortés no quita lo valiente’. Parafraseándolo ¿’Lo político no quita lo valiente’?
Nacho Vegas: Me parece lógico que con este disco se carguen las tintas en ese tema político, porque está pasando. Porque también en la música indie, en la escena pop rock, llevamos muchos años mirando para otro lado. Creo que es un poco de lo que toca hablar. Pero probablemente es un disco más variado de lo que parece, por lo que me preguntan en algunas entrevistas.

¿Parece que hay un miedo en el mundo de la cultura de este país a posicionarse políticamente?
Nacho Vegas: Sí. Hay miedo a ‘mojarse’. Supongo que hay veces que canciones con una temática social, tienen una mirada crítica muy limpia. Supongo que excluye el posicionamiento. Para al hacer algunas de estas canciones consideraba ineludible el posicionamiento desde un punto de vista puro, casi panfletario. Aquí es dónde me sitúo yo. No sé porqué existe ese miedo. Porque el miedo es algo que está presente en todas partes. Pero es que el miedo es un arma política. Tener miedo a no posicionarse es precisamente un posicionamiento político, no antagonista, pero que asume lo que está ocurriendo. Esa también es una actitud política y una manera de posicionarse.

Tiene una connotación negativa el termino panfletario ¿No te importa utilizarlo?
Nacho Vegas: No, hay momentos en los que creo hay que reivindicarlo. El panfleto no sólo como arma de denuncia sino también como algo que puede tener su punto de vista o su dimensión poética, como por ejemplo en la música. Hay panfletos que pueden tener su punto de vista importante. A veces se hace necesario utilizar ese lenguaje. Cuando haces música porque te crees que lo que haces es necesario de alguna manera.

La canción “Como hacer crac” y el EP ¿Significó un giro en tu carrera o un punto de inflexión, y el hecho de que cedieses el tema a Fundación Robo (con licencia Creative Commons)?
Nacho Vegas: Bueno “Como hacer crac” fue la primera colaboración que hice con Fundación Robo. Luego he estado muy implicado y sigo implicado con todo lo de Fundación Robo. Por lo menos fue un cambio de perspectiva, en esos años en que después de sacar ‘La Zona Sucia’ (2011) y con ese EP, y en estos últimos años preparando este disco. El hecho de estar en contacto con otra gente, hablar mucho con Roberto Herreros y con la gente implicada en Fundación Robo, y tratar de ver la conexión que podía haber entre la música y la realidad social. Y verla de una manera amplia, no solamente adscrita a la escena indie en la que me muevo, que percibía como   demasiada limitada y demasiada endogámica, y que no estaba yendo a ninguna parte. Y eso me hizo cambiar de perspectiva y probablemente me influyó a la hora de escribir canciones. Todo lo que ocurre a mi alrededor siempre lo utilizo como materia prima con la que yo hago canciones. No es que haya habido un punto de inflexión ahora, es que ha habido un punto de inflexión social que se ha colado en las canciones.

                                         

En el libro que escribió Carlos Prieto sobre tu disco ‘Cajas de Música Difíciles de Parar’ el indie en aquella época estaba en otra dimensión. La música sí que estaba separada de lo político, era algo lúdico, de entretenimiento. Pero ahora sí que hay bandas como Pony Bravo, que en los carteles o en las letras sí que se posicionan. ¿Consideras que los músicos de tu generación viven al margen de la vida real y de la problemática de la calle?
Nacho Vegas: En la generación ‘indie’, todo lo que ocurrió en los años 90 y 2000, que fueron los años mis años de adolescencia y juventud en los que yo crecí, fueron unos años en los que se instaló de manera muy radical el discurso neoliberal y el individualismo como premisa vital. Y todo eso desmovilizó mucho a la gente. Y eso  influyó en la escena cultural. Y en la escena ‘indie’, que se supone que surgía como una alternativa a una música más comercial que pertenecía a una industria mastodóntica, se convirtió parte de ella. Estaba imbuida por lo que ocurría políticamente. Por eso creo que esa música también era muy política en aquella época: el hecho de no mojarse. Eso no podía sostenerse mucho tiempo, aunque aguantó bastante, y los que venimos de allí hemos ido tomando conciencia. Y grupos de ahora como por ejemplo Pony Bravo, con un posicionamiento claro no sólo por lo que dicen en sus canciones sino en la forma de trabajar y de concebir la independencia, como algo que realmente también implica un compromiso político. Montando tu propio sello. Vincular tu música. Utilizar licencias libres. Y todo eso.

Tú desde luego desde Marxophone te has implicado en la autoedición y en un punto de vista cooperativista
Nacho Vegas: Mirando un poco hacia atrás lo que me da pena es que no ha sido una escena que haya logrado ser colaborativa, de gente que se apoyaba mutuamente, y no haber creado algo chulo. Sino que era una cosa atomizada. Un sello poniendo a parir a otro, un músico a otro, un promotor pisando a otro, eso al final pasa factura…

En ‘Libertariana Song’ si que tienes ese mensaje de “espabila, ejerce tu poder, juega tu baza” ¿Crees que es necesario decir esas cosas?
Nacho Vegas: Esa canción habla de ese discurso dominante desmovilizador. Parece que nos quisieron hacer creer que todo lo malo que nos podía pasar en nuestra vida  era una cuestión puramente personal, problemas que empezaban y acababan en ti mismo. Y no tenías por qué buscar asociarte y luchar con otra gente porque todo básicamente dependía de ti. Y eso al final es muy pernicioso, porque te va creando mucha insatisfacción y mucha inacción. Ahora la gente toma algo de conciencia.
Ahora es muy curioso cómo está muy de moda lo del ‘coaching laboral’ y todas estas cosas. Con la crisis y con las situaciones dramáticas que se viven, todavía sale alguien que te vende por ejemplo en La Sexta que si te echan del trabajo es una oportunidad para mejorar personalmente, como si el caso de tener una situación laboral dramática fuese sólo una cuestión de actitud personal. Y eso sigue estando. Ese discurso te lo meten por todos lados, hasta en canales supuestamente progresistas como La Sexta. Son mensajes políticos muy férreos. Tiene que ver con mantener un discurso   hegemónico. Precisamente sí que ahora hay una toma de conciencia. Es un poco de lo que habla la canción “Libertaria Song”, de que es un discurso que te lo puedes llegar a creer: que si tu vida es una mierda, tú puedes hacer algo para cambiarlo pisando a los demás. Pero bueno, creo que hay muchos que pensamos que esto no es así.

Me da la sensación de que eres crítico con lo que se ha convertido el 15M ¿Hay lugar para la esperanza y la ilusión de alguna manera?
Nacho Vegas: Al contrario. Me da un poco rabia la gente, muchos amigos me dicen ‘mira en lo qué ha quedado el 15M’. Yo creo que se han conseguido muchas cosas, y ha sido algo que ha dado mucho impulso a movimientos sociales, provocando intercambio social ahora, o con las mareas, o el apoyo a los inmigrantes los movimientos críticos con los CIEs pidiendo su cierre. Todo esto ha ido extendiéndose en diferentes ciudades. Y creo que eso es bastante importante.

                                        

En relación con la prensa. Tú sí que has colaborado con algún tipo de prensa como el periódico Diagonal, tocando en su aniversario.
Nacho Vegas: Si. Llevan ocho años o nueve. Es un medio que fue más necesario que nunca a partir del 15M. Y siempre estuvo vinculado a colectivos como El Patio Maravillas o Tabacalera. Y esos medios críticos me parecen importantes, porque al final los grandes medios dependen mucho de poderes políticos y económicos.

El mundo de la prensa está muy segmentado ahora mismo en España ¿Te interesa algún medio en concreto o que te llame la atención?
Nacho Vegas: La verdad es que todos los grandes medios mantienen un discurso bastante parecido y monolítico, por lo menos la línea editorial y política. Por eso me parecen importantes propuestas cooperativas como Diagonal, como La Marea, cosas en la web como Madrilonia. A mí me gustan mucho los periódicos y me gustaba comprarlos en papel los fines de semana, aún sigo haciéndolo de vez en cuando. Ahora como estamos en una época en la que a través de twitter puedes tener una perspectiva de lo que se dice en cada periódico. Sobre todo son muy importantes medios que rompan el discurso único. Cuando todavía hay periódicos que la gente todavía considera progresistas como El País, de repente publican que en el 22M hubo 50.000 personas, requiere de otros medios que sean fiables o más cercanos a la verdad.

No sé si es un guiño o una casualidad que aparezca mencionado el ABC en la letra de la canción “Actores poco memorables” asociado con el personaje Andrés, que describes en esa canción
Nacho Vegas: Esto me lo han preguntado mucho porque al mencionar el ABC parece que fuera a vincular al personaje como algo súper reaccionario. Y honestamente no era mi intención. Es un personaje que en esa canción está visto con cariño y con cierta compasión, que está sólo, que habla con un calcetín porque no tiene a nadie con quién hablar. En mi opinión ahora mismo el ABC no es muy diferente ahora mismo a El País o El Mundo. Son periódicos diferentes pero son pilares de un mismo discurso que es importante combatir con otro tipo de voces críticas, con otros medios de comunicación o de formas de autoorganización.



El libro que Carlos Prieto publicó en Lengua de Trapo sobre tu segundo disco, ‘Cajas de Música Difíciles de Parar’, se subtituló ‘o el desencanto de Nacho Vegas’. Desde la distancia con aquel disco ¿Sigues desencantado?
Nacho Vegas: Si algo ha cambiado en estos últimos años ha habido una ilusión de la sociedad, un cierto levantamiento de la gente, que antes no había, o yo al menos no percibía. Y además, viniendo de dónde vengo, de Asturias, que siempre tuvimos una visión bastante derrotista del mundo, de tener una situación bastante jodida y mirar para abajo. Pues ese desencanto está ahí. Ser asturiano es bastante jodido porque estás imbuido en eso, pero tienes que combatirlo porque es una mierda. Porque no nos podemos quedar así. Ahora es el momento de luchar contra eso.
Ahora por ejemplo en Madrid tocamos con Pablo Und Destruktion. Soy súper fan de él. Me gusta porque tiene esa cosa asturiana pero diferente. Es un asturiano muy combativo, nada autocomplaciente con ser asturiano.

Lo asturiano se llevas dentro ¿no? ¿Está en tus letras?
Nacho Vegas: Sí, claro. Nací allí, vivo allí y me gusta vivir allí y todo lo que pasa allí me afecta.

¿Qué crees que define ser asturiano? ¿O en qué te afecta a ti?
Nacho Vegas: Creo que vivir en un sitio periférico y bastante maltratado influye, sobre todo en lo que yo he vivido desde que era más ‘guaje’ y toda la adolescencia. Viví todos los efectos de la reconversión industrial y todo el daño que ha hecho a la sociedad asturiano, lo que pasa es que eso también se junta con un espíritu combativo, muy de lucha. Hay un sindicalismo de base, muy fuerte. Hay todavía gente mayor que estuvo en los ‘makis’, resistiendo en los montes. La reconversión industrial creó ese espíritu de lucha y no debemos dejar que se pierda.

                                       

                                           Foto tomada de la web gonzoo.es

Y en lo personal, ¿tenéis quizás cierto complejo de inferioridad? ¿Cierta melancolía  condicionada por el clima?
Nacho Vegas: Bueno, yo tengo bastante orgullo de ser asturiano. Hay mucha gente de allí que se siente bastante orgullosa. Hay algo. Aunque nunca nos dejaron avanzar mucho como país, ni siquiera desde el punto de vista lingüístico, no se consiguió que le dieran el peso suficiente para que el asturiano fuera oficial. Yque no se viera, como lo ve mucha gente, como una lengua de paletos. Todo eso han sido trabas que han ido poniendo a la gente de Asturias pero no creo que haya complejo de inferioridad, sigue habiendo un orgullo, que es lo que mantiene a Asturias algo viva. Lo que pasa es que eso se combina con esa especie de derrotismo y pesimismo, que por ejemplo aparece en mis canciones de hace unos años.

En la intro de “Adolfo Suicide” canta en euskera Maite Arroitajauregui de MURSEGO ¿Eres un defensor de las lenguas autóctonas?
Nacho Vegas: Sí, soy defensor de las lenguas porque son importantes para un pueblo. En Asturias por cuestiones puramente políticas, el asturiano nunca ha tenido el peso que tendría que tener en la sociedad y en la cultura asturiana. Y en ese sentido sí que soy defensor. Soy defensor de que los pueblos puedan disfrutar de su cultura, y de una manera no excluyente por supuesto

¿Y, también te interesaba contar con alguien que canta en otra lengua?
Nacho Vegas: Soy muy fan de Mursego, y además me gusta la manera que tiene Mursego de hacer una música con un montón de influencias muy diferentes. Desde música tropical, algo muy euskaldun como canción tradicional de Euskadi y soy súperfan

Recuerdo tu proyecto como Diariu (donde ponía música a los textos en asturiano del escritor y realizador Ramón Lluís Bande) ¿No te apetece escribir en asturiano?
Nacho Vegas: De hecho en este disco, para ‘Resituación’ he grabado una canción en asturiano. Me gustaba mucho y tenía muy claro y quería que fuera en el disco. Pero al final por una cuestión de tiempo, no pude mezclarla como yo quería. Y que me gusta dejar canciones para hacer EPs. La dejé y la sacaré en un EP posterior. Pero me he animado a cantar en asturiano. Había cantando mucho en asturiano, pero letras de otros y canciones tradicionales pero es verdad que había escrito muy poco en asturiano.

En este disco te quieres abrir a otras músicas ¿no? Por ejemplo más al rock de los Stones o de Iggy Pop en “Adolfo Suicide”
Nacho Vegas: Es una canción que tiene unos cánones más tradicionales dentro del lenguaje del rock, como más reconocible, con raíces mucho más populares. Pero a mí lo que me gusta del rock, es percibir el mundo del pop y del rock como un eslabón más dentro de la música popular. Precisamente el rock ha vivido de músicas tradicionales, y es una expresión más de la música popular.
En este disco hay gente a la que le extraña que haya canciones tan diferentes. Pero me gustaba la idea de que hubiera canciones que remitieran a la música tradicional y que otras fueran canciones muy rock, como “Adolfo Suicide”, me parecía que era un contraste chulo.

En este disco sí que suenas con más fuerza y más luz que después de ‘El Manifiesto Desastre’ (2008) y de ‘La Zona Sucia’ (2011) ¿A qué te querías agarrar en ‘Resituación’?
Nacho Vegas: Lo que hace que este disco tenga una luminosidad que no tenía ‘El Manifiesto Desastre’, que aunque quería que aquel quedase muy luminoso, quedó muy oscuro. Con ‘Resituación’ quería apelar a esta sensación de comunidad que tiene la música popular, a esta sensación de celebración, de tener en común. Con por ejemplo el uso de los coros, con la colaboración del Coro de Ladinamo y El Patio Maravillas, y porque son ellos. Tenía la intención de apelar a la música popular no como algo puramente autoral. Porque yo soy un cantautor y parece que tu nombre y tus problemas y tu mundo es lo que va a predominar en tus canciones. Pero en realidad lo bonito es que tus canciones se conviertan en algo que trasciende al propio autor. Aunque haya parte de él también. Pero que apele a sentimientos comunes, incluso a luchas colectivas. Y este sentimiento de colectividad es lo que me aferro en este disco.

Hablando de colectividad. Hay nuevos artistas con los que te gusta colaborar. Te acompaña en la gira Pablo Und Destruktion, has colaborado con Lorena Álvarez y Su Banda Municipal Por otro lado tu disco compartido con Bunbury ¿Siempre andas con gente?
Nacho Vegas: Dedicarse a la música en el fondo es saber colaborar. Requiere un trabajo, y un trabajo muy sustancial de mucha gente. Los firmo yo, pero luego hay un diálogo muy importante con la banda y con todos los músicos, Y todos los discos son discos de colaboración. Colaboraciones con otros nombres llaman más la atención o tienen más que ver con juntar personalidades que puedan ser diferentes como a Bunbury y a mí, y ver que sale de ahí.

¿Qué supuso para ti ‘El tiempo de las cerezas’ (2007) publicado con Bunbury?
Nacho Vegas: Siempre que se habla de mis discos, ése se obvia porque es un disco de colaboración. Pero yo lo considero uno más de mis álbumes. Y acercarme a la manera de trabajar de alguien como Enrique, que llevaba más tiempo que yo, y que tiene una implicación y un compromiso muy fuerte con su trabajo. Poder compartir e intercambiar ideas fue algo muy chulo. Me influyó mucho hacer ese disco con él a la hora de cantar mis canciones y de afrontarlas. Y creo que yo también le di algo. Hubo un intercambio, que es lo que debe haber cuando hay una colaboración.
Luego también al ser tan conocido Bunbury, hizo que mucha gente me conociera y me descubriera. Pero eso no era importante a la hora de hacer el disco. Pero con el tiempo sí que me doy cuenta de que es algo que le tengo que agradecer.



Si que se quedaron en el tintero colaboraciones con Fernando Alfaro y con Jota
Nacho Vegas: Sí. Con Fernando hice una gira acústica hace tiempo. Y con Jota estuve en su casa y en su estudio, grabamos algo, pero si es verdad que nunca encontramos el momento de acabar aquello. Para mi Fernando es un maestro, y Jota también. Y además son muy amigos.
Esas cosas tampoco puedes buscarlas demasiado. Son encuentros que surgen. Que se den las circunstancias. Salta una chispa y ya está.

En “Ciudad Vampira” si que utilizas la ciudad como metáfora moderna, como reclamar la ciudad y la vida
Nacho Vegas: Tampoco quería ser excesivamente metafórico. Hablo de la ciudad como un sitio en el que todos convivimos y a veces te ponen muy difícil una convivencia amable. Parece que tenemos que estar en competencia muy salvaje con tus propios vecinos. Porque todo es una lucha entre zombis y vampiros, o algo así. Y eso es algo que hay que evitar. Tenemos que conseguir que las ciudades sean espacios de convivencia agradable. Es lo que queremos todos, cualquiera diría yo. Lo que ocurre es que hay cuatro que tienen intereses económicos muy grandes y quieren que en las ciudades estén enfrentados unos ciudadanos con otros.

¿Viviste en Madrid?
Nacho Vegas: No llegué nunca a vivir en Madrid. Siempre he vivido en Gijón, lo que pasa es que ha habido temporadas que vivía a caballo entre las dos. Estaba la mitad del tiempo en cada ciudad, pero mi casa siempre la tuve en Gijón.

¿Madrid te mataba o te acogió bien?
Nacho Vegas: A mi Madrid me gusta pero es que me gusta demasiado Asturias. Gijón huele mucho mejor que Madrid, se respira mucho mejor, hay un aire mucho más puro. A mi Madrid me gusta. Aunque conozco a muchos madrileños, la mayoría de la gente que conozco que vive aquí viene de otros sitios, es una especie de ciudad que acoge a mucha gente desarraigada. Y que precisamente tienen que buscar el arraigo juntándose y haciendo cosas. Entonces se crean cosas muy chulas en Madrid.

Ahora publicas un texto en el libro ‘The Smiths. Música, Política y Deseo’ que publica el próximo lunes Errata Naturae. Tus letras siempre se han salido de los márgenes y han tenido una influencia de la literatura ¿Qué es lo que ronronea en ti? ¿De qué manera lo que lees te dirige hacia algún lugar?
Nacho Vegas: Es una parte importante porque al final también estás utilizando la palabra cuando escribes canciones. La literatura es una influencia importante, pero muchas veces lo que leo influye en mis canciones pero no de una manera muy diferente a lo que puedes escuchar en una conversación que se cuela, de la que coges una frase y la transformas. En realidad la literatura también es coger palabras, transformarlas y trascender de alguna manera su significado puramente referencial. Es lo que también hacemos en las canciones. Lo que ocurre es que en la música también tenemos la melodía, el ritmo. La canción es un lenguaje en sí mismo, que bebe del lenguaje puramente musical, de la literatura, pero también de la cultura popular, de las cosas que suceden en la calle. Por ejemplo, lo que hizo Manu Chao con una canción que hablaba de una canción en un locutorio. Probablemente en la literatura eso no funciona pero sí en una canción.

El lado maldito de la música de sexo, drogas y rock and roll ¿no es un lastre y un tópico?
Nacho Vegas: Sí, es un tópico un poco absurdo. Por suerte yo nací en una época en la que eso podías verlo con la distancia suficiente como para reírte de ese tópico. Nunca ha servido para mucho. En realidad eso vino a sustituir a lo que era la música folk. El folk hablaba de comunidad, de lucha, de celebración, de protestas. En realidad el rock and roll empezó a hablar de individualismo, hedonismo. Eso estuvo muy bien para combatir una sociedad muy puritana en ese momento, en los 50. Pero ahora toca hacer otras cosas y volver a la esencia de la música popular.


                                          Foto: Juan Pérez Fajardo

Tuviste una época al principio de tu carrera en solitario más viviendo al límite. Con la distancia ¿Cómo ves aquellos tiempos más nublados?
Nacho Vegas: Era un poco borroso. Al final como pude hacer discos, escuchar los discos que hice en aquella época me ayudó a acordarme de las cosas que me rondaban y me obsesionaban. Toda aquella forma de vida no eran tan… Las cosas más importantes están en las canciones y es verdad que las drogas están en muchas canciones de esos discos de hace 5 y 7 años, pero salen un montón de cosas más, y muchos sentimientos y maneras de ver las cosas que persisten en las canciones de ahora y que son los importantes y los que hacen que las canciones antiguas tengan sentido.

¿Crees que a veces es necesario tocar fondo para seguir adelante? (Bueno no sé si tú tocaste fondo)
Nacho Vegas: No. No creo que sea bueno tocar fondo para nadie. Hay un proverbio chino que dice “No es bueno sufrir, pero es bueno haber sufrido”. Pero es que todo el mundo ha sufrido alguna vez.

Este país es de actitudes acérrimas. Un medio como Rock de Lux que tanto te ha defendido, que te ha mimado tanto, que te meta caña ¿Cómo se lleva eso?
Nacho Vegas: Cuando es una revista como Rock de Lux (RdL), yo mismo soy lector de la revista. Es una revista que me mimó. Precisamente ahora que no les ha gustado el disco lo hicieron como con honores dedicándome una página a la crítica del disco. Pero la crítica, respecto con tu trabajo más reciente, lo tienes que valorar con el tiempo, con perspectiva ¿Este disco es tan bueno como me parece ahora? ¿La crítica de Santi Carrillo está tan desacertada como yo lo pienso ahora?
Cuando algo no te gusta por un lado, enseguida te quieres hacer querer, y enseguida intentas que no te guste por ningún lado. Hablando de la crítica de RdL. Creo que a Santi Carrillo había cosas que no le gustaban nada, y se empeñó en que no le gustase nada de nada. Pero bueno, son cosas que están bien porque me hacen pensar.

¿Qué pilares han marcado a Nacho Vegas en su vida?

Nacho Vegas: La música, el amor y el compromiso.

viernes, 9 de mayo de 2014

CÓMIC / 'COME PRIMA' de Alfred

CÓMIC
‘Come prima’ Alfred
Editorial Salamandra Graphic
1ª edición Marzo de 2014




  
El género del cómic no para de generar obras que nos encandilan, que aportan savia nueva al género y que traza nuevos horizontes. Por mucho que suene pedante la denominación ‘novela gráfica’, refleja cómo el cómic tiene consistencia no sólo en su formato, sino que la fuerza de los dibujos y el orden de las viñetas va asociado a una alta categoría narrativa.

‘Come prima’ (en italiano, ‘Como al principio’ en español) viene avalada por el hecho de haber sido galardonada con el Premio a la Mejor Obra (Fauve d’Or) del Festival de Angoulême en Francia, uno de los grandes certámenes del cómic. Los premios vienen bien pero es lo de menos, cuando una obra tiene consistencia, no necesita de premios, sobresale por su propio peso.


                   


Y es que Alfred consigue atraparnos con la historia del reencuentro de dos hermanos (Fabio y Giovanni) distanciados y separados desde hace años, que viajan juntos (a modo de road comic) desde Francia a Italia para volver a ver a su familia italiana. Una historia que se basa en un desencuentro real que tuvo Fabio con su hermano y con su familia. Una historia depurativa, dónde se alterna el presente con breve episodios o ‘flashes’ del pasado reflejados en otro estilo gráfico. Como el pasado turbio de Giovanni aflora pero va suavizándose a lo largo de la historia, o las circunstancias y complicaciones personales de Fabio aparecen como si nada. Una suerte de ‘Via Crucis’ personal que sirve para redimir esos errores en cada uno de los dos hermanos, y retomar esa conexión fraternal perdida. Los dibujos son depurativos también, llenos de luz y sombra, de paisajes, de realismos y de ficciones.

                                   

Una obra que engancha por su aparente simpleza y por todo el trasfondo que recoge. Por esos dibujos que nos conectan con nuestras raíces, con el paisaje de esos cielos azules y rojos, esas extensiones de terreno llano, montañoso y rural, por esos vericuetos y batallas por carreteras secundarias. Por los designios y complicaciones de un viaje improvisado. Todo ello sirve de depuración y de retorno a aquello olvidado pero que es sustancial, aquello que se regenera y se renueva. Y aquello que nos conecta con el origen, con nuestras raíces. Volver y darse un baño de humildad, de cariño, de amor incondicional. Porque de esa fuerza primaria surge nuestra vida y la forma de ubicarnos en el mundo. Acabas cogiendo cariño a esos dos hermanos pese a la tosquedad de Fabio y al carácter taciturno de Giovanni. ‘Come prima’ respira humanidad por todas partes. Disfruten de este viaje como yo lo he disfrutado. Porque en el fondo, y en la forma, la vida es un gran viaje.


jueves, 8 de mayo de 2014

TEATRO / CRÍTICA "La Bella de Amherst (Emily Dickinson)" de William Luce Dirigido por Juan Pastor

TEATRO / CRÍTICA

"La Bella de Amherst (Emily Dickinson)" de William Luce Dirigido por Juan Pastor
Intérprete María Pastor
Teatro Guindalera (Madrid) http://www.teatroguindalera.com/
Estreno 7 de Mayo 
Representaciones jueves, viernes, sábados y domingos de mayo y junio de 2014
ESPACIO ESCÉNICO: Juan Pastor
AMBIENTACIÓN: Teresa Valentín-Gamazo
REALIZACIÓN DE VESTUARIO: Ana Montes
ILUMINACIÓN: Sergio Balsera
FOTOGRAFÍA: Alicia González /Manuel Martinez/Manuel Benito
DISEÑO GRÁFICO: laplaya.org
AYUDANTE DE PRODUCCIÓN: Julio Provencio
COMUNICACIÓN Y PRENSA: Manuel Benito


Este espectáculo se produce con el apoyo de ESPECTADORES MICROMECENAS PRODUCTORES


        
         “PRESENTIMIENTO es esa larga sombra
            sobre el césped: anuncia
            que los soles se extinguen,
            advirtiendo a la yerba sorprendida
            que la noche está a punto de pasar”
            Emily Dickinson


Emily Dickinson fue una poetisa estadounidense llena de vida en sus versos, repleta de lírica, ávida de naturaleza, una mujer liberada y librepensadora pese a vivir encerrada, existía al margen de la estrechez de su sociedad, era una visionaria de su época (como Walt Whitman o Henry David Thoreau). Pero a diferencia de aquellos vivió en su propia dimensión, alejada del mundanal ruido, en la granja paterna. Con poco trato personal con su entorno humano. Imbuida en sus escritos, una actividad íntima y existencial, vital, sin la cual su vida pierde su norte. El pasado domingo tuve el placer de acudir a un preestreno de esta obra que desborda creatividad y agilidad. El estreno oficial fue ayer miércoles en el Teatro Guindalera.



                              Foto: Manuel de Benito



Juan Pastor escoge el texto de William Luce para desvestirlo y mostrar su esencia, para dar a conocer a una escritora ejemplar y dar voz a Emily Dickinson, un talento no tan conocido por estos lares. He aquí una obra que sirve para mostrar su personalidad, su personaje y su obra. Y las condiciones vitales en las que se fraguó.  La vida recluida, el carácter incisivo, escurridizo, esquivo, de una artista que se salía de las normas y de los códigos de la época. Mediante la voz del monólogo, a través de la propia Dickinson, interpretada por María Pastor, el texto va configurando el mundo de la poetisa. Con una escenografía minimalista y de ensueño, en un espacio entre surrealista, y de maravillas, donde todo encaja a la perfección.  El tiempo se para (un reloj detenido cuál reloj daliniano), los detalles importan, y las cosas y los objetos no son como deberían ser (una tetera que Dickinson sirve si contener té). Todo muy ficticio, pero con la magia de la vegetación, las sillas y la mesa (en una parte central pero colocadas hacia al fondo) que caen del cielo antes de entrar en contacto con la tierra, deteniéndose. Y recreando una Dickinson de 184 años, de aspecto pálida, de naturaleza inmortal, que se ha detenido en el tiempo. Esa Emily Dickinson interpretada de manera apabullante por María Pastor.


                         

                             Foto: www.larepublicacultural.es


Un espectáculo al que le falta algún ajuste y rodaje, como precisaron en una charla con el público tras la representación el director Juan Pastor y la actriz María Pastor. Pero que ya manifiesta una soberbia puesta en escena. Un texto ágil, a veces denso y tan contundente que puede perderse el hilo, pero que tiene un carácter estimulante. María Pastor está radiante, demostrando su capacidad para meterse en el personaje, con precisión y rapidez, encajando esos cambios tan dinámicos, metiéndose en el devenir trepidante del personaje de Dickinson, captando su poética. Aquí hay teatro de riesgo, de ese que llega, que estimula, que sugiere. Desde un personaje clásico, un modelo literario y la elección de un estilo de vida, el texto desde la ficción y la realidad histórica presenta un contraste respecto a nuestra vida actual, tal y como la entendemos. Resulta ser ese tipo de obras que impactan en el espectador. Para hacernos girar, dar vueltas en ese vivir, en ese estado de búsqueda y descubrimientos, y plantearnos dilemas.

La compañía residente del Teatro de la Guindalera ofrece de nuevo una obra redonda, arriesgada, ágil, trepidante, onírica, llena de magia, de poesía y de ensueños. Otro teatro es posible. Y éste nos maravilla y nos vuelve a confirmar la ilusión en el teatro de aquí. Y en la cultura. Porque aquí hay talento, aunque desde las altas esferas se empeñen en ningunear nuestra riqueza cultural.