viernes, 17 de julio de 2015

Teatro Crítica 'Verano Chéjov'



TEATRO / CRÍTICA

VERANO CHÉJOV
INTÉRPRETES: María Pastor, Felipe Andrés y José Bustos.
Una INICIATIVA de: M.Pastor-F.Andrés-J.Bustos EN COMPAÑÍA
Con la COLABORACIÓN de Teatro GUINDALERA y la SUPERVISIÓN de JUAN PASTOR
Teatro Guindalera (Madrid) hasta el domingo 19 de julio de 2015




             Estrenada el verano pasado ‘Verano Chéjov’  es una pieza basada en tres fragmentos de obras del dramaturgo ruso (centrada en ‘La petición de mano’ principalmente; de la que interpretan su parte final en la recta final de la obra). Se trata de una pieza que rompe la barrera natural entre el actor-espectador y que casa elementos tan acordes como teatro y música. Chéjov con casting-intermedios musicales de Cole Porter y la habanera.  Debido a su éxito ha vuelto este mes de julio a la cartelera del Teatro Guindalera, un teatro de referencia y calidad en la escena alternativa madrileña.

            Es una pieza que rompe esquemas, que sorprende, sin seducir del todo en un primer momento. Tiene chascarrillos a veces un tanto forzados. Pero los tres intérpretes y con la intervención de dos participantes de un taller de teatro (que se ha celebrado en paralelo a las representaciones) brillan y logran captar el pulso narrativo. Chéjov juega con los dramas vitales: la soledad, la familia, la pareja, desde un punto de vista desolador a veces, pero también con una mirada profunda que permite. Y dentro de ese desencanto radica un encanto de lo humilde que es lo que destaca en este Verano Chéjov’, la interpretación y el texto. La excusa es un casting teatral, para interpelar al público y meterle en el ajo, tutearle. Jugar y bromear con elementos escénicos.

            Los puntos fuertes son unos textos muy vivos, que hablan de las pasiones, temas siempre actuales pese a que daten del siglo XIX. Textos de un autor fundamental en el teatro. La pieza está hilvanada de una manera muy natural, incluyendo elementos actuales y frecuentes de nuestra realidad. La imagen del teatro en la sociedad, la dificultad de ser elegido y tener éxito, vivir bajo la sombra de tu mujer (o de tu hombre), la rabia y el carácter difícil entre los sexos, las disputas y la inocencia. Y es que este ‘Verano Chéjov’ sin llegar a ser redondo, pero si divertida, entretenida ágil y sobre todo soberbiamente interpretada, crece en ritmo y acaba en un desenlace a tres de la escena final de ‘La petición de mano’. Y es que el mérito está en el cuadro de actores: María Pastor es soberbia, en ese papel de provinciana despistada y desaboría o de campesina rusa con carácter brutal, José Bustos como director que lleva la batuta e impone el ritmo o Felipe Andrés con su deje abandonado y descuidado, como hombre sumiso y pusilánime. Y esos dos alumnos del taller que intervienen súbitamente como si fueran público normal (seguramente rotaran). Algo refrescante, chispeante para abatir este calor. Se divertirán. Y sobre todo verán en juego al gran Chéjov y a un elenco de actores estelares. La grandeza de las pequeñas cosas.



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