miércoles, 17 de febrero de 2016

CINE / CRÍTICA 'La Juventud' (Youth / La Giovinezza) de Paolo Sorrentino & 'Mia Madre' de Nanni Moretti



LA JUVENTUD
(Youth, La Giovenezza, 2015)
Director: Paolo Sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino
Reparto: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano  Jane Fonda.
Fotografía: Luca Bigazzi
Música: David Lang
Duración: 118 minutos
Coproducción: Italia, Suiza, Francia y Reino Unido

       La leve decadencia burguesa

Por Andrés Castaño

Después de ‘La gran belleza’ Sorrentino había puesto el listón muy alto. Esa Roma tan majestuosa y esplendorosa, con ese poderío grandioso en su arquitectura histórica, ese guión tan hilarante, lleno de quiebros, giros y recovecos; y ese guiño al maestro Federico Fellini. Era difícil superar esto.

Por mucho que acuda a dos grandes actores como Michael Caine (está genial) y Harvey Keitel, que representan a dos amigos: Fred Ballinger, un antiguo compositor y director de orquesta ya jubilado; Mick, un director de cine planeando su última película, y a punto de retirarse. Ambos viven una tercera etapa vital, disfrutando de una vida de asueto, con todos sus privilegios, rememorando la vida, inquietos por la vejez y los cambios vitales. Todo transcurre en un balneario, u hotel de retiro o descanso en Suiza. Encuentros tiernos y ágiles diálogos, entre la autocompasión, la curiosidad, la mirada lejana, la hipocondría, el sueño aún pendiente, los desamores, el amor paterno filial, la levedad de la vida, los monstruos del pasado.




Actuaciones de música en directo en el jardín del hotel: espectacular Mark Kozelek. Excelente banda sonora en lo clásico (David Lang, Stravinsky, Debussy)  y en la elección de músicas populares (Mark Kozelek, Sun Kil Moon, Bill Callahan, David Byrne, Paloma Faith, The Retrosettes Sister Band, David Guetta y Sia!). Un papel secundario de Jane Fonda (como una diva) lleno de fuerza. La belleza y la vida ociosa en todo su esplendor, la vida bohemia y burguesa, la vida relajada. Todo es un gran oasis de un mundo alejado de lo cotidiano. De tanta vida exótica y despreocupada, de ese vivir con todo cubierto, con la tranquilidad que da no tener preocupaciones básicas.


Pero flota en toda la película la decepción, la resignación, la correlación entre vejez y utilidad, la pérdida del sentido en el mundo, el balance vital con sus castigos y las narraciones de derrotas y triunfos. Planea en el film esa levedad que parece disiparse, como si no quisiera ahondar o ir más lejos. Dejando sólo unos apuntes sobre ese contraste entre vejez y juventud. Sin querer elaborar ningún juicio, ni tirar de prejuicios, sin condicionar al espectador, pero llevándole a un lugar difuso, donde parece que todo es liviano, que transcurre en un lugar de privilegios y de caprichos, más que de historias vitales. Sí que emociona el momento en que el compositor habla de su obra Simple Songs y cuando menciona a su mujer, fallecida; o sus conversaciones con su hija o con un joven actor muy cínico. Pero falta estructura, Sorrentino es bueno en el ejercicio visual, en la fotografía, y ágil en los diálogos, pero se pierde en devaneos que parecen esnobismos puros y duros.



La crítica ha elogiado ‘La Juventud': la película ha ganado muchos apoyos y tiene sus méritos, pero se desinfla, porque falta algo que la sustente. Hay intenciones, hay elementos, pero no concretan, no se dirigen sino que a un mero ejercicio de fascinación y vacuidad. El envoltorio es hermoso (música, imagen, planos, localizaciones...) pero Sorrentino se entretiene con florituras, con fotogramas hermosos, con músicas hechizantes, con cuerpos esbeltos, con una naturaleza fascinante. Pero el todo se resiente, porque le falta un rumbo, un sentido.

Sorrentino cae en ciertos mimetismos que también le han ocurrido a Wes Anderson con su ‘Gran Hotel Budapest’. Quedarse en un limbo, muy moderno, y bien barnizado con color, sí, pero donde falta más sustancia. Y es una pena porque tiene capacidad para ir aún más allá.










MIA MADRE
Año: 2015
Duración: 102 min.
País: Italia
Director: Nanni Moretti
Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo, Valia Santella
Fotografía: Arnaldo Catinari
Reparto: Margherita Buy, Nanni Moretti, John Turturro, Giulia Lazzarini
Productora: Coproducción Italia-Francia-Alemania; Sacher Film / Fandango / Le Pacte / Films Boutique
Género: Drama

* Aquí mi Entrevista a Nanni Moretti publicada por elasombrario.com


       El rastro del ser

         Por Andrés Castaño

Tras una serie de películas en las que transita por otros lares (El Caimán, 2006; y Habemus Papa, 2011) el director italiano Nanni Moretti ha vuelto al tema de la familia. Sin regodearse en el dolor y el sufrimiento, mostrando la vida en crudo. Y todo eso, sin olvidar su pasión: el cine, en una metareferencia, el rodaje de una película dentro de su película. Y lo ha hecho magistralmente. Mia Madre está a la altura argumental de La Habitación del Hijo, película con la que recibió la Palma de Oro en Cannes, allá en 2003.

Margherita Buy, una actriz muy Moretti, encarna a una realizadora que está en pleno rodaje de su última película, con una trama de corte sociopolítico, con un conflicto entre el propietario de una fábrica y los obreros, en dicha película  participa una estrella estadounidense, Barry Huggins, estupendamente interpretado por John Turturro. Y es que Turturro aporta el toque de comedia que necesita una película que transcurre por el sendero del ciclo de la vida.


La vida impone su pausa. La edad, la degeneración, el momento de revisar. Margherita ha vivido siempre su vida a un ritmo trepidante. Sin pararse en los pequeños detalles, que son los que hacen gravitar nuestra vida. Su madre Ada, enferma y empieza a tener una salud delicada. Giovanni es el hermano de Margherita, interpretado por el propio Moretti, quién si se percata de la necesidad de los cambios, de los ciclos. La enfermedad, el cuidado de alguien nos hace actuar sin pensar, pero al mismo tiempo genera esa conciencia de supervivencia, ese impulso vital, ese querer sanar al enfermo y de ahí sanarte a ti mismo.



La fotografía retrata un entorno cotidiano que no ‘mata’, no es una fotografía vistosa como en el caso de Sorrentino, pero se adecúa, se ajusta a lo que necesita la película: aquí lo esencial radica en la historia y en sus personajes, no en las localizaciones. Y se acerca a esas vidas que tienen ese punto vertiginoso, cuando el ciclo impone su siguiente fase.

Ada, la madre de Margherita y Giovanni, sorprende por ese trato cercano con su nieta, la hija de Margherita, y por esas visitas de exalumnos para los que fue como una madre. Es el reflejo de una generación de madres apasionadas, vitales, llenas de saber pero también de comprensión y empatía.

El elenco de actores está excepcionalmente caracterizado. Los silencios narrativos son remarcados por la fuerza del gesto, de los personajes, el entorno sólo bascula, no presiona. La vida a veces duele, porque el tránsito de la vida nos lleva a cumplir ese círculo, pero Moretti nos muestra la cantidad de matices que hay, a pesar del curso del ciclo. Y a pesar del miedo.


Mia Madre emociona y arraiga en el espectador, por el bonito diálogo de la vida con la muerte, del ser con la decadencia, del final de una etapa con el principio de otra. Con las situaciones rocambolescas y totalmente bizarras de una estrella de cine en plena decadencia de su carrera artística. Esa es la parte más cómica. Luego está la relación de Margherita con su hija y con el padre de su hija, su vida sentimental, cómo todo le afecta, como las cosas van colocándose en su sitio. Y en ese proceso hay un aprendizaje, hay un devenir que sin entrar en valoraciones, ejerce una perfecta charla con la vida, con la familia, con las pequeñas cosas, con las esenciales. Esas que nos hacen querer el uso del posesivo.
        


           


No hay comentarios: