domingo, 26 de septiembre de 2010

Restos de una entrevista con José Carlos Llop




Demasiado tiempo olvidado de mi bitácora. La realidad y las obligaciones me secuestran mi tiempo. Pero siempre hay mucho por narrar, contar, de lo que informar, de lo que escribir... Sobran las ganas, falta el tiempo.

En lo sucesivo pretenderé ofrecer mi visión de la realidad (la que me rodea, la imaginaria y la posible) pero también aprovechar lo no publicado. Y dirigir este blog a la información cultural, a la crítica cultural, al género periodístico. No quedarme únicamente en el diario personal, un elemento de discurso válido, pero que puede optar a más. Verán los resultados más adelante.

A continuación incluyo las preguntas descartadas de un artículo que publiqué en El Duende de Madrid en su número de Junio de este año. Se trataba de una entrevista al escritor mallorquín José Carlos Llop. Un escritor con gancho literario y siempre algo que decir.


‘En la ciudad sumergida’, es un título muy evocador. ¿Es cierto que ha existido una Palma desconocida para muchos, una Palma ‘underground’ o al margen de esa imagen turística e ideal? ¿Había que rescatar esa época?

JCLL: Toda época tiene su tiempo y no hay más rescates que los literarios, pero esa Palma existió. Entre otras, aunque no disimulada; nuestro aspecto físico -desde el pelo a la vestimenta- llamaban la atención. O sea que no fue tan subterránea. Eran los 70 y a mi ciudad llegaron en su momento, con precisión cronológica; no más tarde como en otras ciudades del interior. Piense tanto en el turismo como en la cercanía de Ibiza.

¿Cree qué Mallorca ha ejercido una gran influencia sobre ciertos creadores?

JCLL: Supongo que sí. Ahora pienso en Graves y en un pintor hippie llamado Matti Klarwein, que fue quien ilustró el álbum de Santana, Abraxas; en él aparece la cala de Deià. Pero la lista sería infinita.

¿Qué queda en la actualidad de esa Palma de Mallorca que retrata?

JCLL: Queda mi libro, desde luego. Y queda su memoria y su luminosa sombra. Pero le puedo asegurar que si quedaran más cosas, no habría escrito ‘En la ciudad sumergida’.

¿No produce cierto reparo escribir sobre la tierra de uno? ¿Se identifica de alguna manera con lo que retrata?

JCLL: Nunca he escrito un libro que no sintiera la necesidad de escribirlo. O sea que la identificación está ahí. Eso sí, reparo, reparo, no produce ninguno. Todo puede decirse si se dice bien.

¿Qué son para usted las islas? ¿Cómo describiría Mallorca a alguien que nunca ha estado allí?

JCLL: En ambas cuestiones le diría, perdone, que leyera ‘En la ciudad sumergida’. El libro lo describe mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo en una entrevista. Comprenderá que si he necesitado 350 páginas.

¿Cree que existe una literatura de ‘islas’ o sobre islas? Marcada por el hecho de vivir una isla. (Me viene a la memoria el librito ‘La isla’ (Minúscula) de Giani Stuparich)

JCLL: La literatura inglesa es una literatura insular y mire usted qué gran literatura. Todo determina, claro, y la geografía también.

¿Cree que se echa en falta esa época de los 60 y 70, Gomila, La Lonja?

JCLL: No, nada se echa en falta. Se disfruta o se padece cuando ocurre y después ya es otro tiempo. Pienso que la nostalgia es un error, con permiso de Vilallonga. Mi libro es memoria de la ciudad, pero lleno de vida; no de lamento por lo perdido.

¿Qué isleños (visitantes, residentes extranjeros..) considera fundamentales para entender el mundo actual?

JCLL: El mundo actual no se entiende por el hecho de ser insular o no. Ni por ser de una ciudad ú otra. El acelerador de partículas o esa célula sintética recién creada, nos definen mucho más que cualquier paralelo o meridiano.

domingo, 6 de junio de 2010

LAS PALABRAS Y LA VIDA


Pasó el invierno y llegó la primavera.
Y el tiempo se me vino encima y perdí mis palabras por el camino.
Vuelvo en época de ocupaciones varias, de vacíos permanentes, de vueltas al pasado, y recuerdos turbios. Vuelvo porque no puedo perder las palabras, porque perder las palabras es perder la vida.

El tiempo pasa y a veces te deja helado, pero he recuperado el calor, porque no puedo morir de congelación. No. A pesar de vivir en un glaciar, helado, lento de movimientos y apoderado por el silencio. Un silencio demoledor, a veces tan rotundo como categórico, que me aplaca, que anula mi voluntad y que me impide pronunciarme.

Pero necesito este espacio para volar, para publicar lo que no me dejan publicar en otros medios.
Porque el que escribe necesita ver que sus palabras vuelan, aunque se queden en el aire y se las lleve el viento.
Así que esta bitácora tomará un lugar entre el periodismo, el diario, la escritura automática, la poesía y otros géneros 'degenerados'.

Retomar. Recomenzar. Reset. On recommence?

Vida, bebe mis palabras y llévalas al mar, al río, al afluente, a la charca o a la alcantarilla. Pero llévalas a alguna parte.