La grandeza del rock: Ainara Legardon

Os pongo en situación. Semana del 13 al 19 de febrero de 2012, semana del sello Aloud Music en el ciclo El Subterráneo del club Costello. Un martes frío, el dilema estaba en si impregnarse de Erik Truffaz y su jazz con regusto de vanguardia y fusión en el Teatro Lara dentro del ciclo Jazz in Blue. O ver a Ainara Legardon en solitario en el Costello. Opté por la bilbaína. Y la elección fue grandiosa. Porque estamos ante una de las grandes rockeras. Un valor seguro, que lleva años demostrando la calidad que exhibe. Ya ví la fortaleza de su directo con banda hace unos años en la Moby Dick. Y los que estuvimos en Costello fuimos testigos de la genialidad de Ainara en solo. Tiene una garra tremenda, esa mezcla de riffs de cadencia lenta que crecen, suben y rompen en un estallido, o esos murmullos y gritos quebrados, una riqueza vocal que recuerda a un cruce entre PJ Harvey y Beth Gibbons, escuchen “Needed” o “Real” de su disco ‘Each day a lie’ (2005) para percibirlo. Una furia brutal y una manera de domesticar a su guitarra, véase en “A second of..” donde encuentra las raíces americanas del rock que la unen con gente como Mark Kozelek o Mark Lanegan. O desnudando temas de su primer disco ‘In the Mirror’ (2003). Sus cuatro discos son notables (falta mencionar ‘Forgive me if I don’t come home to sleep tonight’ (2008). Pero es que sus directos son una auténtica experiencia salvaje, única. Porque todo tiene sentido cuando ves una propuesta auténtica que gana enteros. Sus canciones tienen mucho de la vida al límite, de la intensidad de las experiencias. Y esa honestidad te llega, porque limamos asperezas en la escucha de sus canciones, que tienen diversos ángulos y la fortaleza de las cosas importantes. El 21 de marzo de 2012 presenta su último disco, ‘We once wished’ (2011), con banda en la sala Moby Dick. No se la pierdan, porque vale su peso en oro.