viernes, 15 de abril de 2016

TEATRO / "Sólo son mujeres" de Carmen Domingo, dirección Carme Portaceli / Coreografía Sol Picó / Música Maika Makovski


De Carmen Domingo
En el teatro de la abadía Hasta el 17 de abril

“Solo son  mujeres” Dirección Carme Portaceli

REPARTO
Miriam Iscla
Sol Picó
Carmen Conesa
FICHA ARTÍSTICA
Espacio escénico Paco Azorín
Coreografía
 Sol Picó
Música original
 Maika Makovski
Vestuario
 Antonio Belart
Diseño de iluminación
 Miguel Muñoz
Diseño de sonido
 Efrén Bellostes
Realización de audiovisuales
 Lala Gomà
Caracterización
 Toni Santos
Fotografía cartel
 David Ruano y Paco Amate
Diseño gráfico
 Pedro Chamizo
Espectáculo
 Albert Armengol
Jefe técnico/Ayudante de escenografía
 Adriá Pinar
Ayudante de dirección
 Judith Pujol
Ayudante de vestuario
 Carlota Ricart
Edición y post-­
producción de audiovisuales Lucía Albano
Realización de vídeos promocionales
 Arnau Oriol
Jefe de producción
 Roger B. Sardà
Producción 
FEI
Con el soporte de 
ICEC e ICUB
Confección de vestuario  
Taller de Goretti



         La guerra y la barbarie

         Carmen Domingo escribió un texto homenajeando a todas las mujeres que fueron asesinadas en la Guerra Civil. Sólo por ser mujeres, porque no tenían ni siquiera el derecho a ser consideradas presas políticas. Porque no podían votar, porque las mujeres parecía que no eran ‘útiles’ para la sociedad. Por favor. Las mujeres son madres y muchas más cosas. Esa guerra mostró la barbarie de una sociedad. Un texto duro, incisivo, lleno de fuerza, de afirmación, de canto, de lucha por la supervivencia. Un texto necesario, recordar a quiénes se les ha ninguneado en la historia o se les ha pasado de largo. Este texto es un digno homenaje a esas mujeres que se defendieron, que pelearon por ser. El texto de Domingo dirigido por Carme Portaceli, combina lenguajes de una manera sorprendente. Buscando ese diálogo perfecto entre imagen, texto, música y movimiento.

La música de Maika Makovski, que no participa en su puesta en acción en el Teatro de la Abadía por compromisos artísticos, es interpretada en directo a la perfección por una Carmen Conesa certera al piano, o rasgando la eléctrica, toda ella pletórica, exhibiendo una voz rica en matices.

Sol Picó también se funde con ese sufrimiento y lo hace acción, movimiento. Idea esas coreografías que exhiben la angustia, el frenesí, la ansiedad, y toda esa tensión que desborda. Que se hace aguas. Y que se hace tierra, toca el suelo. Desgraciadamente en estos últimos días en cartel en La Abadía, hasta el domingo 17, Xaro Campo sustituye a Sol Picó que ha tenido una lesión.


Y Miriam Iscla está soberbia, refleja todos esos estados, desde la desesperación, hasta la desolación, la rabia y la afirmación. La injusticia planea por toda la obra, y la barbarie, la humanidad convertida en miseria y en crueldad, la pérdida del norte, del rumbo, del ser, del sentido de las cosas. Miriam cambia de registros con una pasmosa rapidez.


‘Sólo son mujeres’ duele, por ese exterminio selectivo que no tiene explicación posible, porque contiene la podredumbre del ser en todo su esplendor. Duele, pero es un dolor necesario, un homenaje a quiénes luchan por la libertad, y no callan. Un recuerdo a esas personas, esas mujeres, que se manifestaron, pese a ser borradas del mapa. Dar voz a quién le fue negada la palabra. Desborda y emociona por todos los costados. Y transmite la idea de libertad, de no ceder ante la extorsión, el miedo y la injusticia, a darlo todo por la vida. ‘Sólo son mujeres’ es fusión de lenguajes escénicos en todo su esplendor. 



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