La cultura es el hijo
bastardo de la sociedad, y, sin embargo, es la esencia de la vida, el elixir
del día a día. Si ya encima eres un trabajador de la cultura y ‘freelance’ eres como un indigente de la
sociedad, como el último mono de la cadena. Te ningunean pero tú sigues
Yo La Tengo. La
promotora me deniega la entrada. Será porque soy un ‘freelance’ sin pedigrí,
según ellos, porque por mi padre y por mi madre que tengo pedigrí, y bien
elogiable. Y va y una buena amiga me regala la entrada como anticipo de mi
cumpleaños. Regalos que valen mucho.
Ha pasado una semana
desde el concierto y aún queda en mi memoria el rastro de su poderoso y sublime
directo. Yo La Tengo son de otro planeta. Por eso me gustan. Y esta gira dejará
huella. Ya les había visto en 2002 en un Sónar, musicando documentales
científicos de Jean Painlevé, una
experiencia maravillosa, que editaron en cd posteriormente, y en 2003.
‘Fade’ (2013) era la
excusa de esta gira. Su mejor disco de la última década, no cabe la menor duda
entre la prensa especializada. “Ohm” vibra y crece hasta la extenuación o esas
piezas que te mecen en la maravilla como ocurre con “Stupid things”, “Before we
run”, “Cornelia and Jane” o “I’ll be around”.
Apostaron por dividir
el concierto en dos partes. Una donde reinó la calma y que aportó los matices
más logrados de la banda, los más delicados, y los que les acercan a The Velvet
Underground, de hecho la voz de Georgia siempre ha recordado a Nico.
Después vino la
revuelta sónica. Recuperaron clásicos como “Sugarcube”. Y emocionaron con su torbellino de riffs. El
set casi es lo menos, porque hagan lo que hagan, toquen lo que toquen, siempre
cautivan.
Su escenografía tenía
la fuerza de la naturaleza y el punto naif de los decorados infantiles, tres
arboles recordando la portada de ‘Fade’. Algo sobrio pero que encaja a la
perfección con como es el trío estadounidense.
Ira Kaplan, Georgia
Hubley y James McNewman Los de Hoboken
se cambian instrumentos, se manejan a la perfección, su timidez contrasta con
su sonido, que es rompedor. Son una baza segura. Los que fuimos testigos lo
gozamos, asistimos a uno de los conciertos del año.
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