La
violencia en tu casa
Por
pura coincidencia escribo hoy sobre una película que vi hace unas
semanas y que me dejó noqueado. Por lo salvaje que puede llegar a
ser un humano. Una película que habla de la violencia macista, del
amor que no es amor. Del horror. Y que es un 'thriller' fabuloso.
Rodado al detalle, con precisión y con una interpretación sublime
del reparto: especialmente ese trío principal del ex marido, la
mujer y el hijo.
'Custodia
compartida' (Jusqu'à la garde) (2017) primer largometraje del
francés Xavier Legrand , que ya había sido premiado y alabado con su
cortometraje 'Antes de perderlo todo' (2013), describe un divorcio y
relata en primera persona un caso de libro, o de manual en lo que es
la violencia machista. Algo que cada vez tendría que estar más
erradicado. La película impresiona por la frialdad de la justicia,
por cómo Legrand nos va introduciendo en la dinámica familiar, en
las rutinas, en el porqué de las cosas. La película fue premiada en la Mostra de Venezia: mejor director, mejor ópera prima. Pero más allá del premio están la historia y la manera de rodar. Más allá de las comparaciones con Hitchcock y Chabrol.
No
sé entiende cómo muchas veces la justicia desproteje a las
víctimas. O por qué las víctimas no fundamentan su defensa, sus
argumentos, con hechos de facto inapelables. Ya sabemos que las
víctimas de violencia de género muchas veces se encuentran bajo un
efecto de bloqueo, de que les impide reaccionar o ver más allá.
Minimizan los peligros. Y les cuesta tomar decisiones drásticas.
Pero ese es el camino. Y está claro que necesitan ayuda.
La
película te deja helado por momentos. Te va metiendo en
circustancia, en la piel. Todo desde una lejanía que se va
acercando. Podría ser tu hermana, una amiga, tu prima... No estamos
tan lejos de esos problemas que Legrand nos relata y nos muestra con
maestría. Una peñlícula que muestra quizás un caso más o menos
definitorio de violencia machista, porque luego cada caso tienen sus
particularidades, pero que sirve para ver e identificar que eso no
está lejos de nuestra realdiad, que es algo frecuente. Y eso es lo
dramático, lo peligroso. La fragilidad de las cosas, de las
relaciones. Lo inevitable que parece el orden de las cosas. Lo
fulminante que es el daño. Y cómo parece que no hay vuelta atrás.
A
lo largo de la película sufres por los hijos, por el deaño hecho,
por lo que queda, que no es fácil quitárselo de encima. Pero sobre
todo sufres por la mujer, y por el hijo menor de edad que aún está
bajo influjo legal de su padre. Y sufres por ver cómo esto sucede
habitualmente. No es un caso aíslado. Ayudemos a esas mujeres.
Erradiquemos a esos hombres que son un peligro para las mujeres. Y
también para la familia, para la sociedad y para la convivencia.
Pero principalmente para las mujeres. Hagamos un 'clic' a la
sociedad. De nosotros depende cambiar esto. Dar una vuelta. Educar en
otros valores, sañalar, denunciar, y contestar sin ningún tipo de
duda. Ojalá películas cómo ésta nos hagan replaentearnos muchas
cosas. La relación que queremos, saber separarnos cuándo las cosas
no funcionan ¡Fuera lo tóxico, por favor!
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