ENTREVISTA / MÚSICA
Reconozco que me ha costado entrar en el último disco de Low 'Double Negative' (SubPop, 2018), editado el pasado 14 de septiembre. Pero especialmente por las secuenciaciones de los dos primeros cortes, "Quorum" y " Dancing and Blood", o en "Tempest" pero una vez atravesadas las distorsiones que parecen quiebros del alma, se abre la estela de su sonido particular. Es otro de sus discazos.
LOW
“En España reconocéis
lo que tenemos en común: la pasión dentro de la música”
Por Andrés Castaño
Música para crecer desde abajo. Para iluminar la oscuridad,
para envolver las tragedias en papel ‘couché’. Mimi Parker (batería y voz) y
Alan Sparhawk (guitarra y voz) son además de pareja y padres de dos hijos
adolescentes, el núcleo central de la banda Low. Una de las bandas
internacionales con uno de los mejores directos imaginables. Les define su
humildad, su manera de no estar por encima de nada, ni de nadie. Alan también
tiene otro proyecto musical aparte, cuando tira de su furia eléctrica con
Retribution Gospel Choir, otro grupo al que no deberían perderse en directo.
Hablamos con la pareja hace unas semanas en el camerino del Teatro Lara de
Madrid, horas antes de ofrecer su penúltimo concierto de la gira peninsular. Son
apacibles, cercanos, discretos: Alan habla bajito como si no quisiera molestar
(luego se transforma en el escenario), Mimi impone por su franqueza y su
personalidad.
Cada nuevo disco de Low
es algo nuevo, diferente, cambia la atmósfera, el sonido ¿no?
Alan Sparhawk: Es lo que intentamos hacer. Encontrar algo
nuevo. Es una especie de desafío. Para que no sea siempre lo mismo. Encontrando
nuevas posibilidades. Es importante equilibrar eso con las cosas ya existentes.
Mimi Parker: Cambiamos como la gente cambia.
Tenéis dos canciones
con títulos con referencias a España o al español en vuestro último disco ‘Ones
And Sixes’ (2015), “Spanish Translation” y “No Comprende” ¿Es un guiño al
español y a España?
Alan: Es significativo por una serie de razones. España es un
lugar especial para nosotros en nuestras primeras giras, siempre hemos sido
bienvenidos. Gustamos a la gente, parece que sí. Nos sentimos queridos, y nos
encanta volver. Muchas partes del mundo
son diferentes. Nos sentimos aceptados, escuchados, queridos por la audiencia
española, es algo así como que captáis nuestra música.
No sé si le pasa a la audiencia española sólo con nuestra música,
con la música oscura, íntima o con otro tipo de músicas también. Es extraño
porque venimos de un sitio frío, muy diferente de España, pero supongo que
reconocéis lo común, la pasión dentro de la música.
Mimi: Nuestro hijos están aprendiendo español en el colegio.
Así que cuando estamos con sus deberes, están entusiasmados con entenderlo
todo, con leer, con practicar y hablar con nosotros. Para nosotros, ‘No
Comprende’ es ilustrativo (risas). Buenos nosotros lo comprendemos pero nos
cuesta hablarlo y usarlo correctamente.
El siguiente paso es
escribir vuestras letras en español ¿no? (risas)
Alan: Hemos pensado en eso. No, en serio. Sentimos que hay
bandas de los 60 y 70 en España y Alemania, que nos encantan.
Sería curioso intentarlo, pero me temo que no saldría bien.
Sería horrible. Para, para. O quizás no.
Es lenguaje, conceptos del lenguaje, clases de lenguas, hay
una amplia variedad de distintos sistemas de comunicarse y descifrar en el
mundo. Así que la idea que me gusta es a pesar de esas distancias, conseguimos
acercarnos entre gente que se aman
Cuánto más cercano puedas ser más gente puede saltar las
barreras lingüísticas. Es muy relativo, lento.
Mimi: Es una barrera cerebral más que nada. La gente cree que
son diferentes. Yo podría ver verde donde hay otro color.
Alan: Ponemos energía en algo… Proyectando. Es lo mismo
cuando piensas en algo o no.
El título habla de unos
y seises ¿Recae el peso en los números? ¿Os interesa la numerología o algo
parecido cómo el poder predictivo de los números?
Alan: No sé. Los números son interesantes para encontrar
muchas cosas. Originalmente los unos y los seises vienen a intentar no ser tan
predecibles. Hacer cosas con ceros y cincos o cincos y dieces. Así que al final
todo puede también ser predecible. Cómo podemos hacer que se parezca al caos,
cambiando todo. Así que es algo cómo: mantente en los unos y los seises. No hay
relación con los niveles de la realidad.
Hablo con mis hijos sobre el número pi, o el infinito. El
movimiento de los astros. El poder del azar. La geometría de la 3D. Son cosas
que ocurren de manera natural, con precisión, con exactitud. Entonces no podemos
grabar los números que son indefinibles e infinitos. ¿Cómo llegamos a eso, a
los ordinales y a los cardinales, a los números? Es una manera de ordenar el
mundo.
Su música me recuerda o
me acerca a las raíces de algo, tiene esa fuerza primitiva ¿Qué piensan?
Mimi: Sí, quizás. Simple, que golpea. Somos tres, guitarra,
bajo, batería. Con las voces, la fuerza que conectas con todo eso. E intentas y
consigues algo sofisticado.
Alan: Sí, minimalista.
¿Y es más analógica que
tecnológica?
Alan: Quizás, creo que cuando te quedas en lo sencillo,
también puedes usar aparatos electrónicos que sean sencillos y alcancen
momentos humanos. Es posible que cierta gente diga que lo mejor es tocar
instrumentos en los que tienes que utilizar y trabajar con tus manos y cantar.
La gente quizás piense que sea algo insignificante, poca cosa, trabajar con
máquinas. No sé si es una molestia o si es lo más correcto, pero me gusta
probar.
Y sí, es primitivo. Es físico, como algo de la edad media, el
cerebro está completamente conectado con la computadora, y trabajar con ello.
Cuando miro atrás lo que hemos hecho sólo veo cómo surge el
sonido, las voces, que están ahí y permanecen.
Mimi: Cuando pienso en música primitiva es en la que hay
muchas baterías, percusiones. Captamos eso. En todas la música la batería y el
bajo son como un latido de corazón. Es algo primitivo y ligado con la
supervivencia.
Una de vuestros
elementos es las voces cómo se cruzan, cómo juegan en un dualismo ¿Cómo elegís
la presencia de una u otra, y la combinación de ambas?
Mimi: Todo el tiempo en las grabaciones adapto las harmonías
a mis propias canciones. Pero en directo es diferente. Creo que es buena esa
combinación de cantar ambos, me gusta mucho. Es algo confortable, familiar,
desde luego.
Periodistas y audiencia
coinciden en que vuestros directos son increíbles ¿Vais a muchos conciertos
(solos o con vuestros hijos)? ¿Los conciertos que dais son una especie de
resultado de los conciertos que os gusta ver?
Alan: Honestamente, de jóvenes no veíamos muchos conciertos.
Vivíamos en una zona rural. Eran más pequeños conciertos. No eran bandas
importantes, eran más bandas locales… Vi más conciertos cuando estaba en la
universidad que en el instituto.
Mimi: Mi verdadera influencia fueron mis padres, mi madre que
tocaba la guitarra y cantaba. Y eso era fantástico. Eso fue lo que escuché
primero.
Alan: Conocí bandas increíbles con una fuerza en directo
apabullante y visualmente, pero que se las llevó el viento.
Cuando empezamos nosotros teníamos la presión de hacer algo
sencillo, nunca teníamos la tecnología o el dinero para algo más. Fastidiaba.
Es bonito. Venimos de ese lugar, de sitios para bandas locales, de locales
punk, sitios… Donde mostrarnos.
Empezábamos y eso no parecía que evolucionase mucho. Pero
éramos felices tocando, y mejorando el directo, el espectáculo. Era genial.
Todo lo que teníamos era lo que tocábamos. Tocamos mucho así. Encontrarnos. No
teníamos ninguna presión, Aprendimos mucho de todos esos años. Nos sentíamos
cercanos y estupendos. Son los pequeños cosas que aprendimos en esos años.
Queríamos ser buenos y enrollaos.
En vuestro anterior
disco ‘The Invisible Way’ grabásteis con Jeff Tweedy ¿Cómo surgió la idea?
Mimi: Nos invitó a su estudio. Tocamos con Wilco, como
teloneros, varios años atrás. Les conocíamos desde hacía años. Y Jeff es un
colega desde hace años.
Alan: Me dijo ¿Por qué no venís a grabar? Y claro, porqué no
probar. Fue una grabación agradable.
¿Cuál fue la influencia
principal de Jeff?
Alan: El espacio es muy confortable. Y captaba nuestro sonido
estupendamente. Estuvimos muy relajados, muy cómodos. Casi como si estuviéramos
en el salón de nuestra casa. No sé, conseguía que sonase todo bien. El piano,
por ejemplo, sonaba estupendamente. Volvíamos al piano. Jeff sí que me influyó
en el sonido de las guitarras, probando distintas guitarras y sonoridades, y en
las acústicas. Eso fue lo mejor. Todo era muy natural, muy fluido. Cuando la
canción pedía una cosa u otra, intentábamos diferentes opciones. Lo mejor del
ese disco es lo acústico, la búsqueda de canciones más tradicionales, Jeff nos
animó a probar o repetir cosas en las que nosotros no estábamos convencidos del
todo. Fue muy útil, dandonoos consejos y también comentando lo que no le
encajaba a él. Para dar con la toma correcta, probando una segunda vez.
Muchas veces los productores como producen a gente diversa,
son muy útiles, porque captan la esencia de cada artista.
¿Cómo os sentís con la
etiqueta slowcore?
Mimi: No pienso en ello demasiado. La gente utiliza
etiquetas. Quizás para sentirse fantástica. Más que nada. Pero no me importa
ser etiquetada y observada.
Alan: A mí tampoco. A veces alguien dice algo que no te
gusta. Pero tú te dices, sigue. Sólo es una frase en el tiempo. La gente
describe tu música. Como si una palabra pudiera servir de una alta definición y
descripción. Pero el siguiente paso podría ser, analiza todo lo demás también
¿no?
¿Os sentís influidos The Velvet Underground?
Mimi: Sí, los he escuchado bastante, he disfrutado
escuchándolos, pero no son un pilar. He disfrutado. Tengo que excusarme porque
no les he puesto cruz con una etiqueta personal (risas)
Alan: Me gustan sus discos. Me acuerdo del primer disco que
contiene la canción “Jesus”, que tiene esas armonías tan suaves. No una súper
influencia. Para mí ‘White Light / White Heat’, es el disco que puedo escuchar
una y otra vez. Y también me encanta el de la portada de Andy Warhol, The
Velvet Underground & Nico.
Mimi: Así que si me dices si son una influencia. Te diría que
no. Aunque nos guste escucharlos, y disfrutemos.
Alan: Hicimos un par de versiones, en casa. Pero nunca las
tocamos en directo.
CRÍTICA DISCO
‘Ones and
Sixes’ (SubPop / Popstock!, Septiembre 2015)
Décimo disco (junto a varios EPs) de uno de los grupos más
singulares, más originales y más coherentes de la escena independiente
estadounidense. La electrónica más analógica se apodera, y preside, esta nueva
entrega, para mezclarse con dos elementos que les definen: esa magia coral a
dúo y el leve gemido de las guitarras que alcanzan armonías poderosas de gran
calado. El disco arranca con las bases de “Gentle” que burbujean, laten, sin
llegar a salpicar, las voces de Alan y Mimi encajando a la perfección.
Indicando ese lugar de misterio e intimidad que tan bien les sienta. Su música
es sugerente, introspectiva. Incita a esa mirada interior a un mundo que
necesita una vuelta de tuerca, del que tenemos que preguntarnos más, del que
debemos buscar algo más que una traducción literal (por ejemplo en ese “Spanish
Translation”). “No End” nos lleva a un lugar entre el pop beatle y el rollo
shoegaze. “Into You” recuerda al Four Tet de ‘Rounds’. No es su disco más
rompedor, pero se sostiene firme, y aguanta a un altísimo nivel. Ayudan
maravillas como “What Part Of Me” una de esas canciones sencillas que te
revuelven y te conmueven, con un riff pegadizo. O “Lies”, otra maravilla
etérea, con ese juego de coros y esos falsetes de Mimi. Pero también está la
intensidad de “Landslide”, poderosa, rugosa. “DJ” sirve de outro, de salida
ideal, esa guitarra inicial nos sugiere a un Angelo Badalamenti o a un Brian
Eno orgánico. Parece que Low han querido reducir su continente a la esencia, a
pesar de combinar nuevos elementos e introducir otros ingredientes: ¡Menudo
contenido les ha salido! Con Low menos es más. Un paso adelante después de
haber grabado con Jeff Tweedy de Wilco su anterior disco ‘The Invisible Way’,
que jugaba más en lo acústico y en el equilibrio. Han vuelto a reinventar su
sonido, para, de nuevo, quedarse tan a gusto.
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