Sobrevivir
en París: redes sociales, precariedad y ¿nueva sexualidad?
Por Andrés Castaño
El director francés Jacques Audiard, conocido por sus películas
Un profeta (2009) o Los hermanos Sister (2018), deja de lado
el thriller y el western para meterse de lleno en temáticas actuales y candentes
en la población joven: cómo sobrevivir a la precariedad en una ciudad
multicultural, cómo se configuran las relaciones sociales hoy en día, la mecha
rápida y peligrosa de las redes sociales y la sexualidad del siglo XXI.
Para
ello, y partiendo de tres historias del novelista gráfico estadounidense Adrian Tomine (Amber Sweet, Killing and
Dying y Hawaiian Gateway), Audiard escribe a seis manos esta historia aliándose
con dos guionistas notables como Céline
Sciamma y Léa Mysius. El resultado es un retrato actual de la clase media a
través de la juventud multicultural y multirracial de la capital francesa.
Sus
protagonistas son jóvenes de 20, 30 años que sobreviven a los nuevos tiempos con
no pocos conflictos con sus raíces y su pasado. Surgen y brotan relaciones rápidas,
casi de usar y tirar. Las redes sociales aparecen como recurso pero también
como demonio, por cómo pueden alterar vilmente la realidad. En Les Olympiades, Paris 13ème título de la
película en francés, en referencia al conjunto de 8 enormes rascacielos de 36
plantas del distrito 13 de París, hay pulso y ganas de vivir, más allá del
hedonismo y del placer inmediato, pero también hay decepciones y la sombra del
pasado.
El
cuadro principal de actores, protagonizado por una soberbia Lucie Zhang, se
completa con Makita Samba, Noémie Merlant y Jehnny Beth. Audiard elige el
blanco y negro, quizás para mostrar una realidad actual pero vetusta como la
supervivencia, y los múltiples grises que aporta una gran ciudad como París. Personajes
y perfiles variados se mueven en diferentes contextos: una licenciada en
Políticas con familia taiwanesa que trabaja en un Call Center y vive en casa de
su abuela; un profesor de literatura, un seductor nato, que busca piso para
compartir, quiere dar un quiebro a su carrera; una francesa de Burdeos, ex
deportista, ex trabajadora en el sector inmobiliario que retoma sus estudios
universitarios en París; una actriz porno, y trabajadora sexual un sitio web de
citas y chats en directo. El sexo, y a veces el amor, circula en ellos, como el
agua que recorre su cauce, con sus idas y vueltas y sus quiebros finales.
Los
personajes vienen y van, mientras se cruzan y se crean situaciones de cierta gravedad
pero también otras con mucho humor. La vida y su levedad actual, como si nada
valiera, como si todo lo logrado se pudiera esfumar en un segundo. Es una buena
historia sobre variables actuales, sobre dinámicas vitales, pero también una reflexión
para pararse a pensar sobre el mundo que vemos, las cosas que vivimos y lo que
queremos para nosotros. La música del músico francés Rone imprime pulso, calor
y un poso rudo a las atmósferas. En ese camino, los personajes evolucionan, crecen,
toman decisiones. Y mientras tanto, la vida continúa.
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