sábado, 23 de enero de 2016

MÚSICA / ENTREVISTA ELLIOT MURPHY





Ayer publiqué en ABC del Ocio, sección de cultura y espectáculos de los viernes del diario ABC, mi entrevista por email con Elliot Murphy, uno de los grandes rcokeros americanos, que también bebe del blues y del folk. Recuerda mucho a Bruce Springsteen, y a Tom Waits en su manera de cantar, pero también bebe de Bob Dylan, Lou Reed y The Velvet Underground, Robert Johnson, Violent Femmes.
Tocó en la sala Galileo Galilei anoche y hoy repite. 
Lo de anoche con su fiel guitarrista Oliver Durand fue apoteósico.
La sala abarrotada, un público con mayoría de cuarentones y cincuentones que jaleaba en todo momento. Murphy y Durand levantaron al público. Especialmente con versiones de Bowie ("Heroes") o de The Beatles ("Twist and Shout").
Dos horas y cuarto memorables.

Aquí tenéis un vídeo que lo refleja



Y os reproduzco la entrevista entera.



‘Aquashow deconstructed’ parece revisitar su disco de debut y los clásicos (El Gran Gatsby, Marilyn).
¿Cuál era la idea principal sobre la que giraba la composición del disco?
La idea principal para  “Aquashow Deconstructed” era dar, a las diez canciones que aparecieron en el álbum original Aquashow’ (1973),  otra oportunidad para ser escuchadas por fans de todo el mundo y producir y arreglar aquellas canciones para el siglo XXI. El disco ha sido producido por mi hijo Gaspard Murphy, que tiene 25 años, la misma edad que tenía cuando grabé el disco original, y supe que en sus manos el disco tendría un enfoque nuevo y fresco. Para mí, cantar las canciones en la grabación en el estudio después de todos estos años dio a las letras un significado totalmente diferente.


¿Qué ha cambiado entre ‘Aquashow’ y ‘Aquashow deconstructed?
Todo ha cambiado en mi vida y en mi carrera porque he vivido en Europa estos últimos 25 años y continúo girando alrededor del mundo-incluso hasta regresando a Japón por tercera vez este pasado verano. Cuando publiqué mi primer disco ‘Aquashow’, era un artista local de Nueva York, y el disco sólo estaba disponible en vinilo ¡Desde entonces hemos pasado por el cd y ahora el ‘streaming’! Quería que esta nueva versión de m i primer álbum fuera global y marcara el final de una cierta época de mi carrera y liberarme para moverme hacia la siguiente.
“Aquashow” todavía es un desvarío para los críticos y hace 40 años desde que se editó. Sólo hace unos pocos años la revista musical inglesa Uncut lo denominó como álbum clásico.
Estoy contemplado mi próxima etapa y el próximo disco, incluso no estoy seguro que será. He conseguido almacenar tanta música dentro de mí que quiero sacarla y hacerla pública. He pensado en hacer una ópera rock, algo con una historia coherente o un disco doble muy acústico con Olivier Durand y Gaspard. Tengo unas 24 canciones preparadas. Fue una experiencia muy catártica grabar ‘Aquashow’ de nuevo y me dio la libertad para ponerme en marcha.

¿Es el rhythm n’ blues esencial en su sonido?
Depende de lo que entienda por rhythm and blues (R&B). No me consideraría a mi mismo un cantante de R&B al uso aunque todavía  canto “Shout” (un rhythm and blues clásico de los Isley Brothers) casi cada noche. Aprendí mucho de la composición escuchando las grabaciones de R&B de la Motown y Stax (nota del periodista: sellos míticos de música negra) de los años 60 cuando crecía. Pero me influyó también el folk y el rock e incluso el blues más puro. El ritmo es un ingrediente esencial en cada canción que canto, incluso si es una balada lenta y supongo que hay una cierta tonalidad blues en mi voz incluso si es un blues de clase media blanca.

¿Cómo quiere sonar ahora?
¿Pretende sonar áspero, potente y por otra parte íntimo, tartar sonidos delicados y conectar con los oyentes?
No pretendo hacer nada cuando estoy en el escenario. Dejo que mis canciones me dirijan a mí y al público a un cierto lugar emocional. Puedo encontrar a mis oyentes y buscar un lugar común en el que quedarnos. Hay una química mágica que toma lugar en casi cada concierto y dependo de esa alquimia para llevarnos a algún lugar más elevado. Algunos llaman a mi música folk / rock pero diría que también por el otro lado  rock / folk porque el poder del rock es la energía que empuja hacia delante a mis conciertos.



Ha estado colaborando varias veces con Bruce Springsteen ¿Qué supone trabajar con alguien como él?
He conocido a Bruce desde 1973 y ambos crecimos en la costa este de los Estados Unidos. Tenemos la misma edad y fuimos influidos por mucha de la misma música que sonaba en la radio en esa época. Fue una época dorada de la música con todo, desde The Beatles a The Beach Boys en la radio todo el tiempo. También, a ambos nos llamaron “el nuevo Dylan” a los inicios de nuestra carrera, lo cual es irónico porque no creo que ninguno de los dos suene realmente mucho como Dylan. He cantado con Bruce en el escenario por toda Europa y el cantó en “Everything I do (leads me back to you) en mi disco ‘Selling the Gold’ (1996) y también tuve el honor de tener a Patti Scialfa,  la talentosa mujer de Bruce, cantando en “I am empty” del disco ‘Elliot Murphy’ hace unos años. Cada vez que veo a Bruce en concierto aprendo algo. Es sin ninguna duda el mejor interpréte de mi generación.

Dedicó un álbum en 2009 a Bob Dylan, tocando sus canciones. Bob Dylan, The Velvet Underground, Violent Femmes, Elvis Presley aparecen en sus escritos ¿Son esas sus principales influencias? ¿También  Springsteen? ¿Quiénes más?
Tendría que empezar la lista de mis influencias con Robert Johnson,  el gran bluesman de 1930 pero también me influyeron algunas melodías de Broadway y el revival folk revival de comienzos de 1960. Dylan y Lou Reed son dos compositores muy originales y ambos me enseñaron a ser yo mismo dentro de mis canciones y mis letras. Y como John Lennon dijo, ¡antes de Elvis no había nada! 

‘Justicia poética’ (originalmente publicada en 2006 y en España en 2014 por Tropo) es una novela del oeste con personajes históricos (Bob Ford, Theodor Roosevelt and Walt Whitman). Esta novela ha estado inspirada en las películas de John Ford y Sergio Leone.
¿Por qué eligió esa temática?
Justo anoche en mi habitación de hotel de Murcia veía un western,  Luna comanche’ en mi ordenador. De cuatrp horas, y me encantó. Caí en las películas del oeste cuando era niño, especialmente las de John Wayne y después las películas de Clint Eastwood. Pero nunca leí demasiadas novelas del oeste, con la excepción de Cormac McCarthy que realmente me inspiraran. Quería que ‘Justicia poética’ fuera una novela con un amplio marco y ocasionalmente con personajes reales. Afortunadamente, algún director hará una película de ella algún día ¿Quentin Tarantino me estás escuchando?



¿Qué cosas le llaman la atención de los western?
Lo relaciono con la búsqueda y la vulnerabilidad desesperada de aquellos que vivieron sin leyes en el oeste después de la guerra civil. Siendo un músico de rock and roll que está siempre en la carretera no es muy distinto de estar fuera de la ley salvo que llevamos guitarras en ligar de armas. El personaje principal, Pequeño Joe, tiene una tragedia cuando es un niño que le convierte en un asesino pero él siempre amó la poesía de Walt Whitman. Intenté crear personajes complejos pero temas simples: justicia, venganza y redención. Mi editor español, Tropo, tuvo la idea de incluir un cd en el libro así que escribí tres nuevas canciones para como una banda sonora del libro. La primera vez que se ha hecho,  creo.


¿Qué representa la literatura en su vida? ¿Y la música?
Me influyeron a temprana edad muchos escritores como F. Scott Fitzgerald, John Steinbeck y Jack Kerouac. Y como siempre digo, la literatura es mi religión y el rock n’ roll mi adicción. Necesito ir a un lugar tranquilo e introspectivo donde la gran literatura nos lleva y todavía necesito la energía extrovertida de la música. Ahora mismo estoy trabajando en la siguiente novela a ‘Justicia poética’ (en inglés editada en 2006, en España en 2014 por Tropo) llamada ‘La Grisette’ que es una historia de la hermana de Petit Jean. Y también tengo una serie de novelas de rock n’ roll- Marty May, Diamonds by the yard y Trampas). Creo que mis novelas son mi manera de conservar un diario.

Ha escrito sobre música en las revistas Spin y Rolling Stone magazine y en el libreto del disco directo de The Velvet’s Underground 1969, y sobre Violent Femmes.
¿Se considera como un periodista musical? ¿Cómo ve el estado del periodismo musical hoy en día?
No me considero un periodista porque nunca podría escribir una crítica negativa de otro artista. He entrevistado a Keith Richards y Tom Waits y fue muy divertido y he escrito en los libretos de dos bandas que adoro, The  Velvet Underground y The Violent Femmes, y me gustaría hacer más de ambas cosas. En estos tiempos el periodismo musical está en importancia pero hubo un tiempo en 1970 cuando en el negocio musical se leía cada palabra que los críticos escribían. Pero hoy hay demasiada información sobre la música en internet que el papel del periodista se ha perdido y las buenas críticas no influyen en las ventas para nada. Creo que estamos en una época de las biografías rock y he leído algunas muy buenas sobre Tom Petty, Chrissy Hynde  y Sam Philipps (que descubrió a Elvis). El próximo paso sera la novella rock ‘n roll, ¡y ahí es dónde espero dejar una marca inmortal como Cervantes!



 El documental ‘The Second Act of Elliot Murphy’ dirigido por Jorge Arenillas viene de recibir el premio del público en el festival de cine documental de San Sebastián Dock of the Bay. Un pequeño éxito en el segundo acto, ¿no?
¿Cómo has sido la experiencia de filmarlo?
Primero de todo, fue un honor que Jorge eligiera dedicar estos años a hacer una película sobre mí. Intenté ayudarle en todo lo que pude, encontrando material antiguo etcétera. Pero el concepto de la película está en la cita de F. Scott Fitzgerald “No hay segundos actos en la vida de los americanos” la cual trajo el título e hizo que viniera a mí.

¿Lo siente como un tribute a usted, otra forma de éxito?
El éxito en el negocio musical lo mido por sobrevivir y pienso que cualquiera tendría que admitir que he sobrevivido. La primera vez que vi la película, en el festival In Edit de Barcelona, el pasado octubre y fue una experiencia emocionante, viendo mi vida pasar en la pantalla y delante de mí. Cuando el público dio una ovación y se puso de pie, con Jorge y conmigo de pie, se me derramaron las lágrimas por las mejillas.
¿Piensa que como Scott Fitzgerald ‘No hay segundos actos en las vidas de los americanos’?
Soy la excepción a la regla pero tuve que mudarme a Europa para hallar mi segundo acto. Las carreras no pueden ser olvidadas en Estados Unidos en un tiempo corto pero estoy agradecido a todo lo que mi país me dio. Si no hubiera alcanzado un éxito inicial en Estados Unidos. No habría sido capaz de continuar en España como lo estoy haciendo ahora. F. Scott Fitzgerald debería haber parado de beber y mudarse a París para tener su propio segundo acto.


¿Desde cuándo vive en París?
Me mudé a París en 1989, en el 200 aniversario de la Revolución Francesa. Había aviones volando sobre mi apartamento y grandes fiestas y ceremonias en toda la ciudad. Era muy simbólico.
¿Se considera un europeo o un francés?
París es mi ciudad pero Estados Unidos es mi país. Las raíces de mi cultura son del siglo XX de los Estados Unidos, pero también tienen un poco de Europa como de Cervantes y Rimbaud. Como los románticos estoy siempre luchando contra los molinos.

¿Cómo ve la evolución de su país (política, música y cultura)?
Estados Unidos está cambiando constantemente en muchas direcciones al mismo tiempo. Hay más de 300 millones de habitantes viviendo allí, y obviamente no están todos descontentos. Obama fue el mejor presidente que jamás hemos tenido y estoy orgulloso de haber apoyado su elección. El rock n’ roll ha perdido mucha de su importancia pero tengo esperanza en que volverá para un renacimiento. Pero ahora hay muchas películas de cine independiente que vienen de Estados Unidos y hacen más ruido que los estrenos de los grandes estudios. Un periodista japonés describió Estados Unidos como un faro que puede mirar lejos en el océano pero que no puede verse porque está escalando en sus propios muros. Pero el hecho es que la cultura estadounidense puede cambiar tan rápido que ha dado mucho poder con muy poco peso en la historia para pararse y detenerse.


¿Cuáles son las cosas que dirigen su vida, su filosofía de vida?
Intento ser agradecido por todo lo que hago, por el viaje que mi música me ha llevado, por la maravillosa y talentosa gente como mi guitarrista Oliver Durand con el que trabajo. Desde luego, nada es más importante que mi familia y cuando mi hijo era muy pequeño y pasaba una semana lejos de él en la carretera era muy doloroso. Pero no puedo quejarme. Nadie tiene una vida fácil y la mía es más fácil que muchas. Así que estoy esperando para ‘El tercer acto de Elliot Murphy


jueves, 24 de diciembre de 2015

CINE / CRÍTICA TRUMAN





  



Año: 2015

Duración: 108 min.

País: España

Director: Cesc Gay

Guión: Cesc Gay, Tomás Aragay

Música: Nico Cota, Toti Soler

Fotografía: Andreu Rebés


Productora Coproducción España-Argentina; Imposible Films / BD Cine

Sinopsis: Julián y Tomás, dos amigos de la infancia que han llegado a la madurez, se reúnen después de muchos años y pasan juntos unos días inolvidables, sobre todo porque éste será su último encuentro, su despedida. (FILMAFFINITY)

Premios
2015: Festival de San Sebastián. Mejor actor (Ricardo Darín y Javier Cámara)
2015: Premios Goya. 6 nominaciones incluyendo mejor película
2015: Premios Feroz. 6 nominaciones, incluyendo mejor película drama y director



                Vivimos en un país multilingüístico, algo que debería ser un orgullo para tod@s y que en lugar de eso nos divide. Culturas que nos hacen más ricos y diversos. Y luego la industria cultural trata de esquivar hablar de esos temas delicados produciendo películas como Ocho Apellidos Vascos y su secuela, Ocho Apellidos Catalanes (¿habrá Ocho Apellidos Gallegos?), las películas más vista de la historia en nuestro país. Películas que no me despiertan ningún interés, por su visión uniforme de la comedia, tirando del cliché, del estereotipo ramplón y con un tratamiento del entretenimiento de lo más vacuo y anodino.

Tanto que se habla del cine español. De que si no sabemos salirnos de ciertos clichés y de si no hay capacidad para contar historias. Pues yo sí que creo que hay una buena cantera de cineastas en nuestro país. Y que tenemos un país lleno de sensibilidades y de talento.

                En estos tiempos de familia, encuentros y reencuentros. Y de pensar en tu origen, en los que faltan y en los que están, en ese espacio de la familia, del núcleo que no es dado por imperativo biológico, es ahí donde viene bien recordar en qué punto estamos y no olvidar lo más importante: esas pequeñas cosas que hace que la vida merezca la pena. En este momento, me apetece hablar de una película que va a la raíz de las cosas, a lo que queda, a lo que nos llevamos: la amistad, el amor de la gente que nos ha conocido y acompañado en la vida, y que a pesar de la distancia, está cerca; esa gente que nos ha respetado y querido siendo como éramos, con nuestros defectos y nuestras virtudes. Es uno de los temas capitales y vitales.



                Truman, la sexta película del catalán Cesc Gay, es un magnífico epílogo de la vida de un actor argentino, Julián (magníficamente interpretado por Ricardo Darín), que con un cáncer galopante, decide salir por la puerta de atrás. Acude a visitarle un amigo del alma, Tomás (interpretado por Javier Cámara, como siempre a un nivelazo), que vive en Canadá desde hace años. Y en ese reencuentro, Tomás acompaña a su amigo del alma, le hace recapacitar, pero sobre todo le acompaña, porque es lo que quiere hacer. Truman es el nombre del perro de Julián, su perro, su fiel compañero, escudero y hasta camarada. El vínculo con los animales, que hacen de nuestra soledad,  un lugar más apacible y menos devastado.

                Y es que Truman bajo la apariencia de drama contiene vida, con risas, complicidades, absurdos: un poco de todo. Tiene la mofa y la sorna con la que se trata a la muerte (ese momento funeraria con ese pequeño papel de Javier Gutiérrez), la dureza de la sinceridad, de romper tabús y protocolos, de normalizar lo que hay más allá, y que tarde o temprano vendrá. Están las locuras de último momento. El viaje improvisado. El reencuentro de Julián con su hijo y el cruce fortuito en un restaurante con el que fue uno de sus mejores amigos. La vida y sus pases, los lances que nos ponen a veces en el palco y otras veces entre las cuerdas. El deseo no consumado entre Tomás y Paula (excelente Dolores Fonzi, ganas de verla en Paulina). El reparto es ideal, grandes intérpretes del cine español y argentino. La música coge el pulso a la perfección a ese tempo de salida, de viaje hacia ninguna parte, hacia el vacío, hacia lo desconocido. 



                La fotografía muestra con delicadeza y con naturalidad la realidad de la ciudad, nos enseña el Madrid más clasista del barrio de Chueca. Me encantan esos planos de espejos en bares y restaurantes, o esos en los que notas al personaje, sus pensamientos, su cuerpo y sus sentimientos. Y qué maravilla esos planos cercanos que nos acerca al sentir, que pone el foco en lo que se dice, en lo que se hace, en los detalles, en los discursos y las charlas y en las palabras no dichas.

                Truman, consigue ir por otros derroteros que Una pistola en cada mano, donde todo giraba entorno al mundo de la pareja y a la vida de sentimientos alocados y a la desubicación del ser, aún estando acompañado. Repite en Truman con sus dos actores principales, Ricardo Darín y Javier Cámara, dos fieras de la interpretación, que se ajustan a la piel de sus personajes y salen engrandecidos, humanizados, y consiguen que la amistad resuene con toda su grandeza, y que el dolor por amargo que sea, se trate con mimo y se deguste el trago amargo como un trago esencial, que se sabe necesario y que se necesita catarlo y tomarlo, que no hay vuelta atrás. Pero, y lo que hemos visto y vivido. Y Truman ahí cerca recordándote las cosas.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Música / CHARLES LAVAIGNE


        CHARLES LAVAIGNE, música con vaina



         Apena que alguien tenga que abandonar un país porque no ha tenido suerte y las cosas no le han salido tan bien como para quedarse en un lugar en el que tanta gente le ha cogido mucho cariño. Y más cuando es el caso de alguien con talento, un músico que irradia todo su arte allá por donde pasa. El dominicano Carlos Castillo, con nombre artístico Charles Lavaigne, formaba ya parte de la escena musical madrileña de Lavapiés, llevaba Madrid en sus venas aunque su música sonase a un cruce de americana, folk y rock 60’s. Su concierto de despedida de Madrid el pasado miércoles 14 de enero de 2015 fue una merecido homenaje a Lavaigne, en el escenario con músicos amigos de alto copete como Kike Vaz Oliver, Xisco Rojo entre otros, con la sala El Juglar a rebosar, se veía a todos los dueños de bares del barrio (La Aguja, Travelling, Olivia, La Noche Boca Arriba…) que cuidan y miman la música, a devotos y a músicos variopintos.

            Lavaigne ha sido bastante prolífico en los últimos años, publicando material nuevo en 2013 (‘The Birdfish’), 2014 (‘Songs of Carlos Aguinaldo’) y en este 2015. Se le ha podido ver de teloneros de artistas americanos en el ciclo de conciertos que programa SON EG, tanto en el Teatro del Arte como en la Sala El Sol. Su estilo puede ser muy alocado (escuchen “Margarita y El Volcán” cantada en español, que tiene mucho de historia de leyenda, de cuento mágico indígena) pero tiene un imaginario muy rico. Y cuida muchos los elementos. Los arreglos están bien pensados. Canta principalmente en inglés, con una dicción poderosa, y un nervio singular.



            Ese concierto de despedida, fue redondo, un éxito de público y de la música. Sirvió de presentación de su disco ‘Tales Of Image And Imagination’ (2015), un disco autoeditado fantástico en la energía y en el contenido. Que mezcla folk, con rock progresivo, con psicodelia, con experimentaciones: recuerda a música fronteriza, entre Calexico, Devendra Banhart, Love, The Doors y la Creedence Clearwater Revival. Sonido robusto, canciones con ese punto pesado del rock de kilates, con todo tipo de quiebros y florituras y una voz que va, viene, se va y modula a su gusto. Sorprendiéndonos con preciosidades, baladas como “Into the night” que nos recuerdan a un Nick Drake muy americano. O en “Insomnia” donde triunfa el rock sinfónico de  grandes dimensiones y amplio alcance. “Country Morning Song” me recuerda a The Velvet Underground con Nico, pero si hubieran vivido en Nashville. O el misterio que despierta la melodía sinuosa de “Train to Toledo” con ese chelo que arropa y enriquece. Un lujazo de talento. Escuchen su bandcamp. Lo disfrutarán.






           

lunes, 26 de octubre de 2015

LITERATURA / JODOROWSKY ES UN CUENTO




            El miércoles pasado estuve en el Instituto Francés de Madrid la rueda de prensa de presentación del nuevo libro de Alejandro Jodorowsky, “La vida es un cuento” (Siruela), toda la colección de sus cuentos hasta la fecha, que incluye también ‘El Tesoro de la Sombra’ anteriormente editado. Y pude comprobar con mis propios ojos la capacidad sin par, el no parar de una mente en continuo estado de funcionamiento. Entre ideas, delirios y grandezas.
            Jodorowsky está rodando una nueva película, a sus 87 años, titulada ‘Poesía Sin Fin’. Pero es que Jodorowsky es incansable, o mejor digamos, imparable. Venía lesionado, pero inspirado. Y ya nos entregaba a los periodistas congregados joyas como “desde el dolor pienso”, y consigue “pasar del dolor a la euforia del vivir”.
            Jodorowsky está encantado de encontrarse, Jodorowsky sigue buscando a Jodorowsky. “Les habla un anciano que en tres años tendrá 90 años, tengan respeto por los ancianos (con tono medio sarcástico)”.
            Nos comentó que para “La Vida Es Un Cuento” le había inspirado un bonsái y un iPhone (por lo múltiple, por lo volátil). Le habían regalado un bonsái, cansado de cortarlo y cortarlo, quiso dejarle crecer libre y no podarlo. Y de “ahí empecé a pensar que el ser humano es como un bonsái. Estamos encerrados por sistemas familiares, países, prejuicios, definiciones, morales… Somos prisioneros. Un extraterrestres diría si viniera, yo hago lo que quiero y vosotros no”. Y no le falta razón


            La escritura
            “Como escritor, yo soy un bonsái liberado. Decidí ser transpersonal. El estilo que me define es romper, tener todos los estilos (autobiografía, zen, erótico, textos iniciáticos, lo policíaco…). La conciencia es móvil, lo suyo es que se expanda.
            Recomienda que “escriban por el placer de escribir. A mi edad verse pensar así es un placer”. Se para. Se excusa, por entusiasmarse, por entrar en delirio. Jodorowsky está encantado de conocerse.

            Guerras, el futuro
            Critica las guerras, “negocios encubiertos por banderas patrias, pura mercadería”. Se define como “una persona planetaria”. Y suelta más perlas. “Vamos hacia el lenguaje único, hacia la raza única”.
            Cuando le preguntan por la importancia del cuento, dice “vivimos en el cuento”. Por ejemplo, “la Biblia es una colección de cuentos feroces. Cada ley es un cuento que crea más criminales. El narcotráfico es un cuento que viene de Estados Unidos”. Perdió a uno de sus hijos de una sobredosis. Y recomienda: “hagamos utopías positivas. La civilización se va a transformar. Lástima que no lo vaya a ver” y menciona la levitación y la telepatía como las llaves del cambio.

            La muerte
            “No lo sé, no sé lo que es, pero sí que la acepto”. Y reconoce que la jubilación es una guillotina” que es necesario descubrir entretenimientos. Y apela a la fuerza del cerebro y el cosmos, algo misterioso.

            La felicidad
            Hay una kabalah para que vivamos aterrados, es un gran negocio. No hay nadie que sea feliz. Por eso, la misión del artista es ser positivo. Aboga por una civilización alegre, por recuperar la alegría de vivir, por cambiar el machismo, por crear un mundo de unión.

            La educación
            “Envenenamos a los niños con lenguaje y racionalidad. Y el ser humano también es corazón, sexo y cuerpo”.


            El poder
            “Los presidentes son ventrílocuos del poder, son en parte monos, y máquinas de pensar. Conviene cambiar las energías primarias”.

            El arte
            En el pasado a Jodorwsky le interesó tener un nombre, hacerse un nombre. Pero ahora trata de “despertar la belleza en el otro, no que me admiren”. Le gusta el tarot porque es un arte humilde, no para admirarlo, sino para descubrir tu interior.
           
            Ejercicio
            Suele mandar un ejercicio. Dibujar tu bandera nacional y luego dibujar tu bandera personal, para descubrir tus peculiaridades, tu punto de vista.

            Jodorwsky en su mundo. Pero es un modelo de sí mismo. Una luz en el camino. Mientras te alumbre… Y a quién le sirva, le sirve.


            No puedo más que agradecerle que cuando le pedí si podría dedicar a mi madre su libro, le dije que mi madre tiene 84 años, y escribió “Para Paloma, bella jovencita, con ternura”.