ENTREVISTA
Daniel Abreu, coreógrafo y bailarín. Compañía Daniel Abreu
Presentó en MAD feria, ‘Animal’, su última coreografía el martes 24 de enero en el Auditorio del Centro Cultural Conde Duque
¿Cómo ha sido la evolución de los últimos espectáculos de Daniel Abreu? ¿Ha habido grandes giros?
Creo que sí que ha habido giros, por lo menos en el planteamiento. En cada producción he intentado sorprenderme a mí mismo, sobretodo en las últimas, ninguna tiene que ver con la otra, voy de lo teatral a lo más físico, de lo más contemplativo a lo más rítmico... Digamos que cubierta una etapa hay otras por descubrir. De todas formas la compañía ya tiene un sello y un lenguaje propio. No dejo de ser yo en cada uno de ellos aunque viaje de forma distinta. Paso del grupo al solo, o al dúo sin mucha reflexión. Las obras al final se conforman según el equipo, y aunque algunos de los bailarines, como Anuska Alonso, siempre han estado ahí, las mezclas y los momentos son diferentes. Yo abro la puerta y comienzo el viaje, y los días son muy diferentes unos de otros, los lugares ya se da por hecho que no hay dos iguales. En ese sentido me alejo mucho de lo que quiero, y sí que me acerco a lo que encuentro, a pesar de que el ojo sea el mismo. Ese ojo es el que le da linealidad, pero cada paisaje nuevo lo transforma.
A nivel más técnico, con Animal decidí cambiar el formato y con ello poder tentar a otros públicos, una obra de formato mayor que sólo se puede hacer en teatros concretos de mayor dimensión. El espacio y su distribución tienen una importancia vital para narrar la obra.
Siempre has tenido especial devoción por el tema de la naturaleza animal, ya se pudo ver en tu solo ‘Perro’. ¿Qué pretende reflejar ‘Animal’?
A veces me siento encasillado con este tema. La animalidad ha formado parte de la trayectoria pero no es el tema central de todas. En 33 producciones ha habido muchos giros, pero entiendo que quizás lo más popular esté lo relacionado con la animalidad. Perro fue un trabajo que gustó mucho y dio a conocer a la compañía a un número mayor de gente. En el caso de Animal, no se pretende narrar una historia o un paisaje animal, más bien se habla de la supervivencia, del instinto, de la necesidad de las personas, y de alguna manera es dónde nos acercamos al mundo animal, a la forma más primitiva. Es más una idea de ir al origen. De todas formas si algo tiene que ver con mis trabajos es la vida. Siempre ha habido cuerpos, personas, animales y plantas. Si me paro a pensar, muy rara vez ha habido algún elemento que hablara de la muerte. En mis obras o soy yo, o hablo de otra personas o de otras formas de vida, y ahí entran los animales. Exceptuando la última obra, Todos, en el resto nunca se ha hablado de la muerte.
En cambio Animal comienza con el nacimiento, la llegada al mundo, y tras descubrirlo comienza la lucha, aunque esa lucha pueda ser insignificante ante la vida, como para cambiar de ropa o subirse al tren. Si miramos qué hacemos a lo largo del día es buscar el equilibrio, muchas veces rompiéndolo, pero nadie vive en la calma. La obra no se cierra, no llega a la muerte que sería el final lógico, pero no llega ahí porque la muerte ya se da como un hecho inherente, es el final mismo.

'Animal' de la Cia. Daniel Abreu. Foto: © Alberto Bañares
Tu trabajo cuenta con apoyos logísticos en tu tierra, Canarias, pero también con el Mercat de les Flors Las instituciones ayudan pero ¿Condicionan? ¿Las compañías deberían buscar otras fuentes de financiación alternativa?
Entrar en el tema económico no me resulta ni fácil ni cómodo. Estoy muy agradecido al Auditorio de Tenerife por apoyar por segunda vez mis producciones, así como al Mercat que lleva apoyando mi trabajo desde el 2011, y me ha dado un empuje estupendo. Respecto a si la institución condiciona, puedo decir que en mi aprendizaje me he dado cuenta que el que se condiciona es uno. Por supuesto que algunas instituciones presionan, y se marcan o se desmarcan según lo que ellos u otros opinen y no es tarea fácil ser el juguete de alguien. No es mi batalla ni quiero que lo sea, si alguna vez me he sentido así he hecho lo posible por cambiar las tornas, pero hacia mi mismo. Ya he sufrido lo mío por no entender. Yo estoy agradecido, y hago mi trabajo lo mejor que sé y que puedo. La financiación es un tema delicado, se mezclan derechos y deberes de subvencionar, financiaciones pobres y sobreestimadas, merecidas o no... Yo no puedo opinar por un sector muy amplio. Estoy contento de disfrutar el trabajo de muchos compañeros, que llevan al escenario momentos de gran belleza e inspiración, y a las instituciones que les apoyen para dar lugar a ello. Esta profesión debería autogestionarse más, pero las formas ahora mismo son inviables, el volumen de impuestos y obligaciones económicas es muy grande, y una producción tiene costes muy altos para ser llevada a cabo, por ahora de manera privada. Las historias de mecenazgo, y muchas veces de ayudas privadas o públicas, como en cualquier sector, pueden responder a simpatías o antipatías, a calidad o a lo que sea. Desde mi lugar creo que hay tanto que hacer para sacar una producción adelante y tan poco personal que tenga como profesión la buena gestión de las empresas, que me resulta complicado dar una vía de búsqueda. Al final esto es un trabajo, que cada uno lo gestione como pueda o crea.
¿Cómo encuentras el estado de la danza contemporánea en España?
Pues cada vez está más presente, más festivales y más creadores y bailarines. Lo que no ha cambiado nada es el mismo miedo al riesgo con la danza, la falta de información y difusión, el “programador funcionario” o “técnico cultural” que prefiere apostar por un programa dedicado a niños o a público conservador más que por otras cosas que sienten con miedo para su público. Si me voy a la parte artística pienso que vamos creciendo y teniendo un lugar, si me voy a la gestión y la publicidad ya me pongo más duro, pienso que hay mucha gente en el paro con ganas de apostar y de gestionar de muchas maneras distintas. Sigue habiendo mucho complejo y prejuicio hacia los gustos del público y con eso no sé yo cuánto podemos avanzar.

'Animal' de la Cia. Daniel Abreu. Foto: © Alberto Bañares
¿Qué opinión te merece MAD feria? ¿Son necesarios más escenarios de reflexión y encuentro?
Me parece una plataforma muy interesante y que apuesta. Lo que no sé es si el programador que viene a programar. Hablando con el Eduardo Pérez Rasilla, me comentaba que es una feria que da beneficios en el sentido que se compra mucho de lo que se programa, y tienen una estadística muy curiosa y contrastada respecto a sus frutos. Por mi parte, en la pasada edición que participé, en el 2010, fue muy bonito presentar nuestro trabajo en el Museo Reina Sofía, pero se quedó en eso. Este tipo de encuentros y de festivales muchas veces muere en el propio intento. Es un lugar de exposición de lo que hay y se supone que un mercado. No sé yo si con la crisis económica dará los mismos frutos. Yo estoy muy agradecido a la dirección actual y a la anterior de Mariano de Paco por confiar en mi trabajo, por la gente que se acercó a ver mi trabajo y los que se acercarán en esta edición. A todos nos encantaría contribuir y formar parte de ese estudio económico, estar presente en una programación nacional, más de lo que hay. Que el programador piense en representar a todos los sectores del pueblo que culturalmente representa, y apostar por aquello menos conocido (según ellos). Como se puede leer, por ahora, mi experiencia en las ferias es hacer lo mío, el dar vida a la feria como mercado forma parte de los otros, del público de estos eventos, y terminar el recorrido. Si soy consciente de que no voy a programar, mejor que todos nos ahorremos un gasto.
El crecimiento de la danza contemporánea en la última década de público, taquilla, compañías y espectáculos ha sido impresionante ¿La sociedad comienza a otorgar entidad a la danza?
No sólo la sociedad, la propia danza ha hecho lo posible por tener un lugar. Cada vez hay más calidad, más promoción y mejores trabajos. La presencia de la danza en los medios es un hecho, y se agradece mucho, pero por otro lado está el terror de la economía mermando lo que consideramos no es de primera necesidad (según para quién). Hoy en día consumimos danza en la televisión, tanto en programas dedicados a ello, como en películas o la publicidad. Nos guste o no, ya no podemos negar que forma parte de la cultura popular.
¿Hacia dónde puede dirigirse la danza?
Pues no sé que decir, no se si la danza tiene un camino que seguir, si va en alguna dirección concreta, creo que tiene el rumbo que le toca. Con los actuales recortes económicos, y la bajada de apoyos institucionales, pues irá a lo rápido y comercial, a la explotación de empresa más que al desarrollo artístico, si es que se me ocurre algo ahora. Serán pocos los que resistan o puedan hacerlo con tanta competencia por un trozo de pastel muy pequeño. Pero eso es lo inmediato, lo que uno reflexiona tras ver la película de miedo diaria de las noticias y sus acompañantes.
¿Hacia dónde se dirige Daniel Abreu?
En mi caso no sé a dónde voy. Ahora me toca parar y reflexionar. Llevo muchos años produciendo y estando ahí. Creo que ahora me toca recoger frutos y empujar lo que hay, algo que considero trabajado y comprometido. El ritmo llevado, tal y como se ha hecho los últimos años, es insostenible a nivel mental, y de momento no ha dado los frutos esperados, sí muchos sabrosos, pero igual uno espera algo más. Se ha invertido mucha energía por mi parte y si la cosecha es mala, no sé yo si habrá que abandonar las tierras para el cultivo y construir otras cosas. Lo que está claro es que nunca me gustó la pelea ni los caballos de batalla, y es algo que no voy a asumir como ritmo en mi vida, sobretodo por agotamiento. Lo que siempre he dicho, es que yo hago este trabajo lo mejor que sé y tiene los resultados que tiene, está aquí para quien lo quiera disfrutar y esa es mi adorada tarea, en más historias no me meto.