viernes, 17 de enero de 2020

MÚSICA / Flamenco / Fideo y Cata


*Aquí os presento uno de los EPs que más me han gustado del año pasado.
Olé!





 
Aquí podéis escuchar el EP al completo ¡Disfrutad!


FIDEO Y CATA
“Paisajes Urbanos” (autoeditado, 2019)

       ‘Paisajes Urbanos’ es un EP de 5 temas que aúna el poderío del flamenco en todos sus palos (desde el tango, con inspiración en la rumba, la guajira, la seguiriya, la alegría y el fandango). Se presenta como la carta de presentación de este dúo tan sabroso compuesto por Cata al toque, y Fideo al cante. Un alegato a la renovación, a lo moderno del flamenco, desde el respeto por la tradición, con el ímpetu y el entusiasmo por reinventarse y querer decirse aún algo más adentro.

         Ya lo intuye la portada. Con el dibujo de los dos flamencos y de Fideo y Cata en un cementerio de coches, un desguace, con el sol que se va, que se pone, y las nubes que acechan. Hay densidad y un querer trocear el alma en todos sus estados, en todos sus quehaceres.

         Un logro de alianza que tiene sabor, calidez y mucho, mucho arte. Y es que el flamenco vuela libre, siguiendo su raíz y la estela que lo dirige. Queriendo crecer en sus continuadores. Fideo y Cata son buena sangre que fluye en ese legado. Retratan esos paisajes urbanos con sus pinceles, con su arte, que desenfundan entre versos, ‘quejíos’ y toques por montera.




         “Colgandito del aire” viene por tangos, aunque es una rumba de los 70 de Chocolate adaptada a su aire. Donde mece el violín y el dúo nos lleva en volandas. Certero, preciso, idóneo, todo va viento en popa…

         “Nos ocupamos del mar”, guajira, que es un homenaje a Javier Krahe y a La Mandrágora. Preciosa letra, que Fideo nos desvela a la vez que nos transita y recorre. Una eléctrica hace las veces de mar, de cadencia, de oleaje. Otro logro.

         “Seguiriya del ser humano”. “Seguiriya y cabal”, dicen. Y punto. “Sirve de homenaje a los maestros de seguiriyas y al maestro Enrique Morente, que tantas alegrías nos daba con su psicodelia flamenca”, rezan los créditos. Y es que hay un sentir jondo en ese latir, en ese cante, en ese toque que resuena y que crece como la vida.

         “Naturaleza urbana”, alegrías de Cádiz. Que destilan la gracia del cante gaditano, con ironía pero con un aire castizo, del Madrid céntrico. Es la esencia de Madrid que sale a pasear por alegrías. Y todos tan a gustito.
         “Fandangos” cierra el EP, con una eléctrica que quiere ser frontera. Que quiere recorrer caminos. Quiere llegar. Y las olas suenan de fondo. Es la marea que nos lleva. Y vienen las enseñanzas de lo sencillo, de los detalles cotidianos, de lo inmanente del presente.
Y así se cierra un EP que apunta arriba, para hacerse un hueco en quien lo escucha. Flamenco con solera, estilo con pedigrí de las cosas artesanas, hechas con el corazón y la pasión ¡Ahí es ná!






                                        
                       
                                               Fideo y Cata Cuarteto. Con percusión y bailaora.

viernes, 10 de enero de 2020

MÚSICA / 10 ANIVERSARIO DE EL GENIO EQUIVOCADO & JOAQUÍN PASCUAL




Apuesta por lo nuestro, por lo tuyo

       Hoy viernes y mañana sábado se celebra en la sala El Sol de Madrid el décimo aniversario del sello barcelonés El Genio Equivocado. El viernes con Ladilla Rusa como plato fuerte, uno de sus últimos fichajes que ha tenido gran éxito con su tecno-rumbas, junto a Algora y Perapertú. El sábado es el turno de Roldán, el concierto de despedida de Hazte Lapón y como plato fuerte a Joaquín Pascual, primera referencia del sello.
Diez años ya de El Genio Equivocado como sello discográfico, el esfuerzo de Rafa Piera y Joan Casulleras, primero desde sus pinchadas como Pin y Pon djs, luego con el programa de radio Rayos C en tus oídos y luego con la web Indienauta. Su pasión por la música es más que evidente. Su última aventura es la apertura de la tienda de discos El Genio Equivocado en el barrio de Gràcia en Barcelona. Los dos días habrá after party en el Fotomatón Bar, el viernes con el dj Nacho Ruiz y el sábado con Pin y Pon djs.



   Joaquín Pascual.


La música para adentro. La vida hacia afuera
Esta entrada viene a cuento para recuperar el esfuerzo de sellos como El Genio Equivocado que apuestan por la música alternativa hecha en nuestra geografía. Y también por traer al presente al valenciano Joaquín Pascual. Porque el músico Joaquín Pascual debería figurar entre los grandes compositores de este país. Y no solo por su trayectoria en Surfin’ Bichos, una de las mejores bandas alternativas de nuestro país y con mayor personalidad, Pascual junto a Fernando Alfaro formaron uno de los mejores tándems de compositores que ha dado nuestro país. Surfin’ Bichos son historia viva de nuestra música popular. Pero es que Pascual, siguió con Travolta, una banda con la que publicó dos discos en Mushroom Pillow, ‘El Efecto Amor’ (2007) fue un soplo fresco de pop elaborado con clase y mucho mimo, al que siguió ‘Manual de Redencion’ (2008).

Tras esa etapa se lanzó en solitario con ‘El Ritmo de los Acontecimientos’ autoeditado en un primer momento en 2009 y editado en 2010 por El Genio Equivocado. Siempre que he charlado con Joaquín ha sido un placer encontrar a un tipo apasionado por la música, y por el arte en general. Con él cualquier  conversación siempre enriquece. Valga decir que también es profesor de música, de aquellos que se implican, recordad esto. Ese primer disco fue una mirada a las raíces del compositor que lleva dentro Pascual. En un estilo muy lo-fi, grabado por Paco Loco.

       
                  Portada de su último disco 'EX JP' (Autoeditado, 2018).
                  Dibujo de Joaquín Reyes.

Le siguió ‘La Frontera’ (Grabaciones en el Mar, 2012) con arreglos preciosos en “Hotel Romántico” o en “Cosas Bonitas”, un paso más adelante. Le siguió ‘La Frontera Score’ (2013), puramente instrumental, junto a la Orquesta Descacharrada, autoeditado y distribuido por Grabaciones en el Mar. Dio paso a la experimentación con teclados y bases en “Una Nueva Psicodelia” (Subterfuge, 2015). En esa época le entrevisté para ABC. Aquí recuperó su entrevista.

Su último trabajo hasta la fecha es ‘EX JP’ (Autoeditado, 2018) una  maravilla de nuevo clasicismo, que pone el acento en los teclados y en los arreglos electrónicos que embellecen unas piezas que tienen un halo especial, que camina entre los compositores románticos (Chopin, Schubert, Brahms, Listz), los impresionistas (Satie, Debussy, Ravel) y los modernos (Bartók, Prokófiev, Stravinski), así como Morricone, Philip Glass, Ryuichi Sakamoto o Wim Mertens. Pero con su mirada tan particular y sus textos tan de alguien que mira entre el asombro, la estupefacción y la experiencia la vida. Una maravilla de disco. Ocho canciones que dicen mucho con aparentemente tan poco. Un álbum que se inicia con un “Espacio Imaginario” y que acaba en “Esperanza”. Una mirada que sirve para apreciar las pequeñas cosas, para gozar con la música, y dejarse llevar, emocionarse. Poca broma. 







miércoles, 8 de enero de 2020

MÚSICA/ ¿RESACA DE NAVIDAD?


¿NOSTALGIA DE CANCIONES DE NAVIDAD?
       Músicas que iluminaron las pasadas fiestas



Y acabó la temporada navideña. Esta entrada en el blog llega con 14 días de retraso, pero llega. Y el motivo es el repunte, o la vuelta de las canciones de Navidad en este 2019. En modo villancico o en modo pop. Pero parece ser que las bandas de pop son las que más gustan de hacer canciones navideñas. Sin embargo, mi disco favorito de navidad es el ‘Songs for Christmas’ (Asthmatic Kitty, 2006) de Sufjan Stevens, 42 canciones que se debaten entre el folk, las versiones de villancicos clásicos y canciones hechas ex profeso para la ocasión, con la particular manera de componer de Stevens. A continuación mencionamos una pequeña selección de bandas que este año han querido homenajear la navidad con sus canciones.

         Empecemos por las bandas de aquí. Desde Gijón, el dúo Møna, formado por Montse Álvarez e Ismael Piñera lanzaron el pasado 19 de diciembre su EP ‘Møna canta a la Navidad’ constituido por todos los villancicos, uno por año, compuestos desde 2015. El de este 2019 es “Otro villancico más”, y tiene mucho encanto pop, me gusta su punto edulcorado. “Otro villancico / No me lo explico / Si había jurado no hacerlo más / Otro villancico / Si ya van cinco / Qué imbecilidad, cada Navidad”. Hay un punto entre adoración y hastío de las fiestas, ese yin y yan tan vital como habitual. Podéis escuchar sus cinco villancicos en su bandcamp.



         Por otro lado El Volcán Música editó el 13 de diciembre el villancico de Oeste, el dúo formado por Antía Van Weill (de la banda Bifannah, además de pintora) y Luis Basilio (de la banda Los Nastys, además de fotógrafo), pareja sentimental y artística, que en “Me Da Igual, Es Navidad” recogen su pasión por las road movies, los viajes imaginarios o el Rat Pack, en esta canción que transmite el deseo de regresar a casa por Navidad o de huir en estas fechas hacia ninguna parte, en clave de folk con toque punto country, pedal steel incluida. Y consiguen embelesarnos.



         El dúo madrileño, Marcos y Molduras, ya compuso un single en 2018 (‘Peor sería matar’ con dos canciones: “La de navidad”, más noisy, y “La de amor”). Y en este año repite, con “La de navidad 2k19”, en clave pop). En ese estilo tan tontipop, con un corte casero, aunque la producción y la grabación son de Juan Pedrayes (Carolina Durante y Axolotes Mexicanos).

         Un extranjero pero que casi es ya más de aquí. El griego Evripidis residente en Barcelona (y también en Atenas) desde hace más de una década, formó la banda Evripidis and His Tragedies, publicó el viernes 13 de diciembre la canción “All I Want For Christmas Is A Synteshizer”. Nos recuerda su atracción por el synthpop, y el lado chispeante de las canciones ochenteras, cargadas de energía pop y de cajas de ritmo saltarinas. Le acompaña su pasión por los teclados y el piano, sus instrumentos, se alinean a su vera Marc Ribera y Eliza Ariadna Kalfa como vocalista. Evripidis retrata ese lado mágico de la navidad, más allá de su gusto por el cabaret pop, aquí desata la magia del pop.



         Desde Murcia, The Yellow Melodies contribuyen con la tierna “Mi Navidad” al recopilatorio ‘A Very Cherry Christmas – Volume 14’ del sello de Manchester Cheryade records. También han publicado canciones Cariño con su “X Navidad” siguiendo su línea de pop con programaciones y otorgando a su canción de amor el clamor de hit, también contribuyen los Fred Fredburguer con su pop edulcorado en “No hay muchos regalos (Pero a mí me da igual)”, y es que el sello Elefant se caracterizó por hacer recopilatorios de navidad.

Desde Pamplona Las Kassettes publicaron el 15 de diciembre en YouTube el sencillo “Mamacita, ¿Dónde está Santa Claus?”. Una canción pop, con aire yeyé y ritmo chachachá. También desde la capital foral, el noise de Estrella Negra con “Juárez” que es más una canción de cerrar el año, o el dream pop de Oihana & Tamu en el single editado por El Nébula Recordings con “Figuritas de Star wars” y “Por fin Navidad”. O para rematar el punk pop de los barceloneses F.A.N.T.A con su “Días de Navidad”, siempre entre el fastidio, el odio de estas fechas o el amor, y el brindis por los que ya no están.



         De los foráneos mencionar el fantástico ‘Christmas EP’ (Elefant Records, 2019) de los galeses The School, compuesto por tres canciones de pop radiante. Los de Cardiff han conseguido plasmar la inmediatez en “Happy Christmas (Don’t Tell Me It’s Over)”, la seducción del soul en “Shouldn’t Be Alone For Christmas”, y la belleza épica de “It Won’t Be Christmas Without You”.
    
         Del recopilatorio del sello Merge, ‘You Wish (A Merge Records Holiday Album)’, publicado el pasado 25 de octubre, destacar el sencillo “Santa, Don’t Say No” de Tracyanne & Danny, ex Camera Obscura, una deliciosa melodía pop en la que sobrevuelan deseos y tristeza. También  aparece “Christmas Time Is Here (Uh Oh), la enérgica contribución de Telekinesis. O “Christmastime Heist” de Mikal Cronin, en una onda pop que recuerda a los primeros Arcade Fire, y que vendrá en mayo al festival Tomavistas. Y sorprende “Blue Christmas”, la balada de Shout Out Louds, una banda que nos tiene acostumbrados a su pegada en modo hit.



Reaparece el compositor White Town con su disco autoeditado ‘Polyamory’, que contiene “Christmas Eve 2019” un villancico en clave synthpop, súper pegadizo. Recordemos que el compositor británico Jyoti Mishra (nacido en India) cosechó con su canción “Your Woman” un auténtico éxito mundial en 1997.



         Esta entrada debo agradecer el impulso y las recomendaciones de gente amiga como Rafa Skam (líder de The Yellow Melodies, ex Vacaciones, y es de justicia mencionar su emisión radiofónica El Planeta Amarillo, así como su programa especial de canciones de Navidad, donde podréis encontrar más canciones navideñas, a mi me ha gustado especialmente, la de Sweet Baboo, que data de 2006) y a Sandra Roncal, ‘la capo del pop’ y propietaria del Fotomatón Bar de Madrid.

martes, 10 de diciembre de 2019

MÚSICA / MÚSICAS POSIBLES I. SONIDOS DE AQUÍ (Y DE ALLÍ) QUE MERECEN VISIBILIDAD




            5 DE OROS


Nos queremos poco. En España parece que se ve mejor lo de fuera, lo anglosajón, lo foráneo, como si esa procedencia fuera categoría de calidad. Es como si fuera mejor un jamón de bodega, que un jamón de bellota. Y luego está la vorágine de festivales, el público que se queda con los nombres grandes, los clásicos, los festivales que tiran de viejas glorias y nuevas bandas que son puro hipsterismo. La dinámica suele ser siempre la misma: giran y giran, en modo casi ad eternum, prácticamente los mismos nombres en un abanico de 30 a 50 bandas. Por supuesto que hay festivales en los que lo local y las bandas de aquí se cuidan mucho, pero suele ser la excepción (Contempopránea, Sonorama, Monkey Week, Ruidismo, Palencia Sonora, y en buena medida Tomavistas, Vida, Sin Sal y algunos más). Se echa en falta la diversidad y el apoyo a bandas muy profesionales que no tienen cabida en los circuitos de salas y de festivales.

Los festivales copan la temporada estival. El que firma esto prefiere el circuito de salas, aunque haya festivales con solera y que se salen de la tendencia mayoritaria y aburrida. Porque en esos clones de festivales predominan los valores seguros. Las bandas foráneas o las bandas consagradas por nuestros lares. Echamos de menos los descubrimientos, los riesgos del promotor melómano, movido por la pasión más que por los beneficios. Me seduce la amplia gama de colores del panorama musical pero no veo el reflejo en las agendas. Salvando excepeciones. Y reconozco que cada vez hay más cosas. Pero prima más el postureo, los followers en redes sociales, que la calidad de las propuestas. Nos olvidamos de las esencias. Y eso perpetúa la mediocridad.








Revisando en un pasado reciente encuentro cinco propuestas (dos de aquí y dos de allí) que han pasado desapercibidas. Y que merecen atención. Por un lado, el artista mallorquín Petit con 'The Eternity and the mirror' (Autoeditado, 2018) un disco de finales de 2018 que suena a gloria. Con influencias muy estadounidenses pero con una atmósfera muy mediterránea ¿Influirá el ritmo mallorquín, la calma? Y que por eso recupero. Joan Castells, el ideólogo que se esconde tras Petit, recupera ese sonido pop de Chicago (de bandas como Tortoise o The Sea & Cake), rezuma arreglos jazz, tiene algo de brisa mediterránea de folk local con esencias universales. Maravillas como “Magpie”, “Hang On” o “Countdown” merecen un lugar en el altar de las canciones grandiosas. Petit no es un recién llegado, tiene dos discos anteriores ‘Llenya Prima’ (2014) y ‘Loveshines Firefly’ (2012) y un EP ‘The BlackBird Daisy’ (2010).








            Santi Campos editó en junio un disco doble ‘La Alegría vol. 1’ y ‘La Alegría vol.2’, ambos discos publicados por Rock Indiana. Un disco digno de figurar entre una sección de destacados, por su capacidad para resarcirse con la música, y con la vida. Su  honestidad es brutal. Campos tiene una larga trayectoria, ya fuera con Malconsejo o con Amigos Imaginarios, y como músico que despliega un cancionero agitado. Con canciones que exhiben poderío e intimidad, según el momento. Bebe de la mejor tradición musical anglosajona y de aquí (léase Los Enemigos, o Josele Santiago y Fino Oyonarte en solitario, o José Ignacio Lapido). Tiene ese nervio rock y en contraste una vena intimista muy brillante. Además compagina guitarra y piano / teclado, lo que da amplitud de miras a su manera de escribir. Su voz es personal, un timbre muy de crooner, quizás sea lo que podría trabajar y reluciría aún más. Pero desde luego está a un nivel compositivo muy alto y aún puede aportar mucho más.





            Paul Zinnard publicó en agosto su último disco ‘Superfin’, quizás un disco más sosegado frente a anteriores trabajos. Recordamos hit singles como “Can’t Shine Tonight”. También cuenta con larga trayectoria como músico. Tanto en su Palma Mallorca natal, tocando en clubs de jazz, como músico en eventos o en hoteles, o componiendo música para publicidad (jingles). Formó The Pauls, y luego su propio sello Two Mad Records. Lleva publicados 5 discos en solitario desde 2011. Lo último ha sido el EP de 4 temas ‘Superfin’. Practica un rock muy americano, con tintes folk y americana. Ejecuta a la perfección baladas como “Ticket to the West”, “Better Days Ahead”, medios tiempos con nervio más festivo como “Juice in the Mix”. Combina guitarras y teclados, hammond. En un resultado brillante. Un artista que suena a clásico, a añejo, pero que refresca por su buen hacer y por sus diferentes trayectos.  




Charles Lavaigne, un dominicano afincado en Madrid desde hace una década. Sobre todo muy arraigado al barrio de Lavapiés. Donde cuenta con una buena tanda de seguidores, ya sean disqueros de Bajo El Volcán, realizadores audiovisuales, taberneros de La Aguja o quien se precie. Publicó el 24 de junio ‘Zafa!’ (Autoeditado, 2019) en versión digital y en vinilo. Producido por Israel Marco (ex Cuchillo y Viva!) consigue un resultado robusto, imponente. Un disco que muestra la amplia paleta de colores y estilos que discurren en el universo de Lavaigne: desde el rock clásico, hasta el folk, la psicodelia o la canción sudamericana con raíces. Su timbre de voz y su dicción en inglés son un valor potente. Su carácter impregna un toque genuino que busca su propia identidad. Algo único. Lavaigne ya ha publicado tres discos anteriormente: ‘Tales of Image and Imagination’ (2016), ‘Songs of Carlos Aguinaldo’ (2014) y ‘The Birdfish’ (2013), con resultados notables.




Y también en el ámbito internacional nos topamos con Erik Sjøholm. Un finés que reside por temporadas en Madrid. Con un cruce entre funk, folk y pop. Tiene una paleta de sonoridades amplia. Una voz muy versátil y con gancho. Pero sobre todo compone con mucha clase y buen gusto. Sus composiciones brillan.  Mañana viernes estrena “We Are One” su nuevo single, una balada en la onda de Jeff Buckley, Eddie Vedder o el mismísimo Georges Harrison. El viernes 18 de octubre lanzó su anterior  single “Dream True” un bombazo funk. Que se merece éxito y repercusión. En un cruce entre Pharrel Williams, Beck y The Roots. Este año también lanzó dos singles más, la muy soul “In The Beggining” y la deliciosa balada “Midnight Sun” junto a Mistasy. Tiene publicado un disco, 'Walkabaout' (2016), y un directo 'Live Concert, Walkabout Tour' (2017). Además de los sencillos “Anam Cara”, “Mystery(Live)” y “La Latina” dedicada al barrio madrileño.

Sonidos jugosos para mentes que quieren descubrir otros universos cargados de talento y creatividad. 


viernes, 1 de noviembre de 2019

TEATRO/ CRÍTICA: ‘TERRENAL. PEQUEÑO MISTERIO ÁCRATA’







CUANDO LA HUMANIDAD SE DESBOCA

Gran teatro argentino el que exhibe el dramaturgo y director Mauricio Kartun. A través de una historia contemporánea que revisita la historia bíblica de Abel y Caín. Todavía puede verse hasta el domingo 3 de noviembre en la sala San Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía.


             Por Andrés Castaño

         
          “Y conociste el teatro argentino en su esplendor por primera vez”. Así me sucedió el pasado martes 29 de octubre. Ese teatro argentino de bella factura, de grandes textos y excelentes actores. Fue con una de las grandes obras de los últimos años, ‘Terrenal. Pequeño misterio ácrata’, estrenada en 2014 en Buenos Aires con más de 80.000 espectadores.

En España se estrenó en 2016, en el reputado festival Temporada Alta de Girona. Y ya se pudo ver la obra en La Abadía en 2017. El autor del texto y director escénico es Mauricio Kartun, comparable con un Mayorga, un Sanchís Sinisterra de aquí.

El texto aborda el mito bíblico de Abel y Caín. El fratricidio. Pero en una visión cercana, ambientada en el siglo XX. Una imagen y semejanza del empresario y del obrero. Del poseedor y del desposeído. Kartun ha comentado que Buster Keaton es uno de sus referentes visuales y se aprecia también toques de Charlie Chaplin, en ese vestuario.

El texto es dinámico, fresco, lleno de ‘chascarrillos’, en un tono 'guasón' que llega al espectador. Presenta la visión de un Abel, interpretado por Claudio Da Passano, libertino, hedonista, bebedor, caótico, pero íntegro y humano. Y un Caín, interpretado por un genial Claudio Martínez Bel, con su declamar chistoso y con sorna. Enaltece su perfil de capitalista, de explotador. Pero con un punto gris y hasta de 'pobrecito', llevado por el tono humorístico que preside la obra, sin dejar un ápice de la seriedad del tema.



Luego aparece Tatita, representado por Rafael Bruza, una especie de dios reencarnado, de padre. Que pone los acentos, y dice y hace. Manda, ordena y marca. La escenografía resulta muy sobria, minimalista. Las cajas del teatro con las telas roídas, dan un aspecto vetusto y aparecen muy escasos objetos escénicos. La chicha está en los tres actores de nivel, con un poder escénico indudable.

Hay mucho recurso sonoro, en el fondo, entre bambalinas Rafael Bruza hace todo tipo de efectos y sonidos que acompañan el texto. También le sustituye por momentos Da Passano. Esos recursos aportan esa sensación de orfebrería sonora.

Sustancia vital en un texto que recorre la historia de la humanidad vista desde un caso puntual, muy argentino. Que muestra lo salvaje que puede convertirse el vivir. Al inicio puede costar introducirse en el texto por los giros argentinos, pero con un poco de paciencia se resuelve esa dificultad para adentrarse en esos giros lingüísticos propios. Eso también le aporta personalidad y su toque genuino a la obra. Un aviso para navegantes. No se desboquen. La vida tiene muchos caminos. Dibujen los suyos, con su propios colores.




viernes, 25 de octubre de 2019

CINE / O QUE ARDE (LO QUE ARDE)




           La naturaleza y la humanidad en cuestión

       Existe un cine radiante en los márgenes. Y el que practica Oliver Lave, francogallego errante, que se formó en Barcelona y ha rodado en Londres, Tánger y en Galicia desprende originalidad, y otras maneras de mirar y de narra. Con sus anteriores largometrajes, ‘Todos vosotros sois capitanes’ (Todos vosotros sois capitanes, 2010), ‘Mimosas’ (2016) ganó el premio FIPRESCI y el de la crítica en Cannes, respectivamente. Los premios son muestras visibles, pero lo importante es que Laxe a sus 37 años aporta una nueva mirada centrada en los detalles, en lo que pasa desapercibido pero es muy importante. Se nota que utiliza el lenguaje audiovisual para conectar con la poética de las cosas, con la humanidad, cuestionar y replantear al espectador lo que ve y lo que siente. Y eso no lo consiguen todos los directores.

         ‘Lo que arde’, se estrenó el pasado 11 de octubre (en Francia lo hizo una semana antes, el 4 de octubre) con buena acogida de público. Recibió el premio del jurado de la sección Un Certain Regard de Cannes. Y narra en gallego la historia de un pirómano encarcelado que recibe la libertad condicional y vuelve a su aldea con su madre. No se desvelan los detalles del por qué pero nos metemos en la vida de la aldea de golpe. En la dureza de esa vida rural, de esa España vacía. Tan distante y tan cercana.


         Laxe consigue que el inicio y el final tengan un tono poético. Las imágenes nos muestras un tractor de noche como destruye los árboles para hacer un ‘cortafuegos’. Con un ritmo ralentizado que remarca la brutalidad de arrancar las raíces, un mal menor para extinguir un fuego descontrolado. Con esos planos de cámara sentimos la opresión, la amargura, la desubicación del protagonista, Amador. Su madre, Benedicta, es una de tantas mujeres que levantan a la familia y que son pilares esenciales en esa vida rural gracias a su espíritu que demuestra fortaleza y amor incondicional. Cogemos cariño a Benedicta, por su humanidad y su energía. Con esos planos medios y cortos, Laxe nos introduce en la psicología de los protagonistas. Y no sabemos el lastre que llevan. El de Amador es grande, pero los silencios no otorgan, no dejan ver los motivos, las causas. Pero hay dolor. La película apela a la humanidad, a la empatía, a la rabia. Todas emociones humanas que salen y brotan de manera primaria. Laxe nos pone entre las cuerdas. Y luego nos muestra los destellos de esa naturaleza salvaje, vibrante, en su esplendor y en su descomposición.


         La naturaleza que muestra el film es desbordante. Rodada en Lugo, Ourense y Asturias. Nos muestra ese invierno / otoño con un verde glorioso y un clima lluvioso. Y sabemos de la dureza del clima y de la ganadería, de cuidar las vacas y del frío. También vemos la vida en esa pequeña comunidad, el vecino Inazio, la veterinaria Elena, la burla de la gente en un entierro del marido de una amiga de su madre. Y el fuego, el azote que arrasa con la vida natural. Esas escenas del cuerpo de agentes forestales están rodadas con maestría. Y con un cuidado y elegancia de la fotografía que llega a un punto sublime con ese final de luz (solar) y en negro. Como si el fuego y la vida se apagase en un fundido en negro. Laxe nos deja un final abierto sin definir para que el espectador digiera lo que ha visto. ¿Exculpar, acusar, condenar? ¿Cuidamos la naturaleza? ¿Qué sentimos al ver el monte devastado, devorado por las llamas? Cuestiones capitales que deberían atañer a los políticos y que Laxe lanza al público. Cine hermoso, sentido y duro. Véanla, brotará la vida y la conciencia en ustedes, más aún.



miércoles, 23 de octubre de 2019

CINE / MEMORIA HISTÓRICA & GUERRA CIVIL: MIENTRAS DURE LA GUERRA & LA TRINCHERA INFINITA








         MIENTRAS DURE LA GUERRA
&
LA TRINCHERA INFINITA

         Dos películas españolas recientes tocan el pasado, removido por la actualidad, ya sea de manera directa, por la exhumación de Franco; o de manera indirecta, por el tema catalán, más allá del procès. Una, ‘Mientras dure la guerra’ de Alejandro Amenábar, estrenada el viernes 27 de septiembre de 2019. Y otra, ‘La Trinchera Infinita’, dirigida por Jon Garaño, Aitor Arregui y José María Goenaga, que se estrena el próximo viernes 25 de octubre, vienen a recordarnos que la guerra civil sigue siendo un tema no superado por la sociedad española.

No en vano ya vemos el conflicto y el revuelo que ha causado la exhumación del dictador Francisco Franco. En cualquier país no se habría mantenido un mausoleo a un caudillo tras 41 años de democracia. Algo permitido por todos los gobiernos democráticos. Que la transición democrática no se hizo de la manera más eficaz posible, pese a la Ley de la Amnistía de 1977 y a que se desechó la ley de la Reforma Política lanzada por Arias Navarro, es evidente vista la actualidad política.




       En este caso, el arte, a través de dos obras audiovisuales viene a recordarnos que no se puede olvidar la historia reciente, negada por algunos e ignorada por otros. Y la importancia de mostrar la realidad silenciada, de dialogar, de cerrar heridas y de cumplir con el duelo de muchos familiares y familias tocadas de manera frontal y directa por tal asunto de gran calibre. Ante todo es a partir de historias personales, individuales, focalizadas, donde nos identificamos, porque vemos el daño hecho, un daño plausible, abierto y muy abierto.

A fecha de hoy, ‘Mientras dure la guerra’ ha superado el millón de espectadores y 6,5 millones de euros de recaudación, y no lleva ni un mes en cartelera. Han sido muchos los periodistas culturales que han criticado ‘Mientras dure la guerra’, mencionemos como ejemplo a dos clásicos de la crítica cinematográfica como Carlos Boyero u Oti Rodríguez Marchante.


Boyero comenta en vídeo. Por cierto ese audio en directo tan bajo y en mono, contrasta negativamente con los clips de las películas, ¡por favor! Lo dicho a Boyero siempre le inspira respeto Amenábar, como trata con sobriedad la historia, y como dirige a los actores Karra Elejalde y a Eduard Fernández. Sobre ‘La Trinchera Infinita’ reconoce el interés que le ha despertado y el estilo que muestra este cine, a la par que alaba las interpretaciones de Belén Cuesta y de Antonio de la Torres, pero se muestra más crítico, con el metraje y con el acento andaluz, a lo que sugiere poner subtítulos. Esto último –ahora digo yo- no es para tanto, porque los nativos pueden ¡Si se entiende hasta siendo de la Meseta!

Oti Rodríguez Marchante lamenta los prejuicios y la ficción que entran en juego en la película. Que se utilice como clímax narrativo ese “venceréis pero no convenceréis” que no es seguro que dijera Unamuno. Rodríguez alaba la interpretación de Elejalde, de Fernández y de Santi Prego, que hace de Franco. Un Franco con apariencia de inocente y bonachón, pero que con pericia, astucia y tesón desató lo indecible. Elogia a Amenábar por saber hacer un retrato humano de la complejidad humana, en este caso de la de Unamuno, y presenta la contradicción como elemento central del protagonista en la acción ¡Pero solo le da 3 estrellas sobre 5!

Periodistas más jóvenes como Quim Casas destaca la elegancia y la tensión que utiliza Amenábar en la historia. Aludiendo a los cambios de Unamuno, a la evolución de la historia y al clímax dramático. También subraya que el director no juega a los bandos, sino que muestra la historia, antes de que aparecieran vencedores y vencidos en escena. Se queda en un punto medio. Buscando las puntas a unos y a otros. Aún así, también puntúa con 3 estrellas sobre 5.

La periodista cultural Lorena G. Maldonado criticó la película a través de su cuenta de twitter. En la que critica que manera firme la aproximación de Unamuno que hace Amenábar en manos de Elejalde. Que si ramplón, sin hondura y con poca credibilidad intelectual. Señalando que no se sigue la estela de las contradicciones sino de un cascarrabias. A lo que puedo decir que si bien la película no es redonda y tiene sus peros. Esa caracterización que indica Maldonado, es hiriente y se queda en la caricatura.


El acierto de Amenábar es retratar las contradicciones de un intelectual, los distintos estadios por los que puede pasar alguien hasta conocer la realidad en primera instancia. Es en esas incoherencias, quiebros y cambios de idea o postura, en los que se acerca a lo real, o lo vívido. Porque la vida no es blanco o negro. Amenábar acierta en el enfoque porque su narración empieza antes de que haya vencedores y vencidos. Elige ese momento de alzamiento y de progresión. Retrata muy bien a los personajes. Aunque coincida en el ligero punto histriónico de Unamuno que remarca Elejalde. Pero la película funciona, y no por exaltar a miembros de España 2000 en cines, ni por las críticas por un lado y por otro. Sino en que crea debate y señala la brecha, el punto de inflexión.

Por su parte, “La Trinchera Infinita” aunque tenga una duración de casi dos horas y media (147 minutos) es una película dotada de mucha fuerza en su primera parte. Conectas con las historias humanas por su verdad inmediata, posee un ritmo frenético inicial hasta que se centra en la evolución histórica del topo. Y llega otro ritmo. Pero el acecho. Sí, ahí llega la densidad. No me quedo con lo que aducen Nando Salvá o Carlos F. Heredero. No falta hondura psicológica, ni le falta valor al enfoque o giros revulsivos al desarrollo. La tensión, el hastío del ‘topo’ (se denomina a las personas perseguidas por el los nacionales que se escondieron para no ser atrapados) que ya no sabe sí tiene valor o es un cobarde ¿El retrato podría haber sido más exhaustivo, tanto de los protagonistas como del entorno? Sí, pero los puntos de fuga de la pareja están ahí visibles pero sin asignar. Las tensiones, los odios entre vecinos también aparecen ahí, silenciados o visibles. La fotografía busca la luz en la oscuridad y la tierra. Y los protagonistas, Belén Cuesta y Antonio de la Torre hacen unas interpretaciones magníficas.



En definitiva, La Trinchera Infinita es la historia de una elección dura, la de ocultarse y esconderse por no morir, pero aún así perder la vida. Es la historia de una sociedad derrotada por el hambre y el sometimiento. Y también por el control, la censura y el colapso que produjo ese cierre a lo exterior. Una historia ruda desde lo personal y lo emocional de lo que supuso una herida de casi medio siglo. El cine nos refleja historias humanas con un poder visual que nos hace un efecto inmediato. Y es que son historias reales que sucedieron y que se repitieron (el tema de los ‘topos’). No fueron hechos aislados. El tema catalán es consecuencia también de las políticas de Franco, y de la discriminación y arrinconamiento de lo diferente (la cultura vasca, catalana y gallega). Que todavía está abierta y que tendríamos que desinfectar antes, para que cicatrizara ya de una vez por todas. A ver si es posible ya. Que toca ya otro rumbo en esta sociedad española.