Píldoras
Azules de Frederik Peeters
Astiberri, 2015
Cuando rompemos los
estigmas de la enfermedad
No era algo tan habitual en aquellos años. Eso de soltar
prejuicios, acercarse desde el amor, y afrontar la realidad con toda su dureza
implacable. Dejarse llevar por tus sentimientos más íntimos, sin ningún tipo de
vergüenza ni pudor a exponerse. Pero también usando la cabeza, poniendo la
ciencia por delante y chocando con un tema que generaba rechazo social,
alejamiento, incomprensión.
Me sorprendió, y me produjo admiración, la manera en qué Frederik
Peeters se acercaba a la sensibilidad y a naturalizar, ‘normalizar’ algo que no
debería haber sido tan denostado. Contar tu manera de cómo te enfrentas desde
lo personal, a través de una relación afectiva, con una enfermedad
estigmatizada como el SIDA. Y cómo el amor puede salvarlo todo. La historieta
cuenta cómo Frederik conoce a Cati, y después al hijo de ella, y todo lo que
rodea su relación.
Editado
originalmente en 2001 ‘Píldoras Azules’ fue el cómic que lanzó al suizo
Frederik Peeters al panorama internacional. Recuerdo que lo cogí prestado de la
biblioteca y desde ese momento me convertí en fan de Peeters, por su manera de
contar historias. En este caso con historietas en blanco y negro, con gran
poderío de los trazos, de la manera de perfilar a los personajes. Y todo el
mundo de matices, de las imágenes poderosas que surgen de esos conflictos. Por
su carácter reflexivo, calculador, pero con un punto impulsivo. Con mucha
fantasía (ese encuentro con un mamut y vuelo posterior, al modo de viaje y
diálogo con la conciencia; el rinoceronte blanco como la excepción presente en
la realidad) y gran cercanía cotidiana.
Hace
poco compré el cómic. Para formar parte de mi biblioteca de cómics y novelas
gráficas. En esta nueva edición, de 2013, aumentada con un Post-Scriptum de 2
páginas, más un apartado “trece años después” de 8 páginas en el que habla el
entorno familiar más cercano. Ambos añadidos sirven de complemento redondo,
como colofón a una historia tan sentida, como humana: una lección de vida. Resulta
un impulso y un orgullo que obras tan personales como ésta, sirvan como base para muchos
trabajadores sociales, médicos y otros profesionales como material para comunicar, concienciar sensibilizar colectivos cercanos a la problemática (familiares, los propios pacientes)
y a la sociedad. Tratar a las personas con respeto, cariño y no perder nunca la
dignidad. Porque la enfermedad se supera más fácilmente con ayuda médica, sin
miedo y es de gran ayuda el apoyo / la comprensión
social, no sólo del entorno más cercano. El amor es el motor del cambio. Que
las píldoras no sean un estigma, sino una señal de avance y superación.
Post Scriptum.
13 años después, el hijo de Cati habla.
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