LA VIDA ES BUENA SI NO
TE RINDES
SETH
Traducción de Esther
Cruz Sanataella
Original de 1993,
editado originalmente por Sins entido. Su última edición en castellano es de Salamandra
Graphic en 2017
LA PASIÓN SEGÚN SETH
Descubrí a Seth, nacido en 1962 Gregory Gallant, por azar
hará una década, más o menos. Fue con esta obra, ‘La vida es buena si no te
rindes’ (1996). Di con él en alguna libre asociación de ideas, libros,
referencias. Benditas bibliotecas. Cuánto agradezco su existencia porque
completan la pequeña y limitada biblioteca personal. Aunque también agradezco a
mi padre su pasión literaria y su afán por construir una excelente biblioteca.
Pero lo suyo no eran los cómics. Luego vinieron otros (‘Clyde Fans’, ‘Wimbledon
Green’ entre otros) y aterrizó George Sprott (2009) en mis manos.
Seth estudió en la escuela de artes de Ontario, en Toronto. El primer trabajo publicado como ilustrador fue para
la serie Mister X para la editorial Vortex Comics, pero pronto
pasó a realizar su propia serie, Palooka-ville (publicada por Drawn and Quarterly), en un momento en que en Canadá se vivía un relativo
auge de mini-tebeos alternativos. Pertenece
a una generación de dibujantes de cómic que reinventaron el cómic moderno
llevándolo hacia la autoficción, contando sus devaneos vitales, sus pasiones.
Entre sus amigos dibujantes están Chester Brown y Joe Matt.
“La vida es buena si no te rindes” muestra las pasiones de
Seth. Ese hombre fascinado por los dibujantes y viñetistas del pasado. De hecho
el motor de este cómic es la búsqueda del ilustrador Kalo que quedó en el
olvido: una carrera fallida, interrumpida pese a hitos como publicar en el The
New Yorker, Esquire entre otros. Seth se presenta como un hombre elegante de
los años 40-50 con sombrero y traje, amante de lo antiguo, de lo viejo. Asiduo
de librerías de viejo, de los vinilos de hasta 78 rpm. Confiesa a su amigo Chet
sus problemas para tener una relación, va a visitar a su madre y su hermano. Su
vida discurre entre chicas con las que surge la atracción pero con las que
misteriosamente rompe el lazo ¿El miedo? Tal vez. Se trata de un neurótico de
libro, al estilo Woody Allen. Su mirada capta lo vetusto, en su pasión por lo
viejo, pero conecta con la historia. Con las artes más antiguas. Rechaza o
esquiva la tecnología. Viaja en tren. Utiliza las cabinas. Aunque la historia
se inscribe en una época previa a la explosión de la tecnología móvil. Conoce
personajes. Vive sus historias con la cadencia propia del tiempo. Investiga. Y
llega al vilo de las cosas.
‘La
vida es buena si no te rindes’ dice mucho de esos creadores desapercibidos como
Kallo, que sacrifican su carrera profesional por su familia. O abandonan su
arte por la vida terrenal, por sobrevivir. Me gusta ese homenaje hacia las
personas que se han merecido mayor atención y que por unos factores u otros, la
maldita coyuntura o ese ‘estar en el sitio adecuado y en el momento oportuno’.
Esta novela gráfica transmite humanidad, los quebraderos de cabeza de Seth,
pero un amor por la vida en las pequeñas cosas, por la historia, por el pasado,
por los relatos. Y más en la raíz me transmite otro mensaje tan sencillo como
éste: Haz lo que te apasiona. Sólo eso te salvará.
*Hace una semana me
enteré por Álex Serrano de una reseña muy dura sobre el libro Ventiladores
Clyde editado en 2019 por Seth. Es del blog Womens
Write About Comics, y lo tilda de ‘basura racista’. No he leído aún ‘Ventiladores
Clyde’ así que no puedo opinar. Pero estas críticas vehementes, categóricas y
que parecen mostrar cierta superioridad moral, me espantan. Creo que no todo es
blanco ni negro. Me parece que el mundo necesita que baje el nivel de tensión y
rabia, sin dejar de decir las cosas. Pero no de cualquier manera.
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