MIQUEL SERRA
“Foguerons”
Canción incluida en su disco ‘Be-sades’. Publicado el viernes 8 de mayo de 2020 en el bandcamp de su sello (sólo puedes escucharlo ahí).
Edita Foehn Records.
HOGUERAS
Y TRADICIONES
Suenan efectos que parecen las chispas de las hogueras, de
los foguerons, imagen de fiesta mayor
(Sant Sebastià, Sant Joan, etcétera) en la isla de Mallorca, a lo largo de todos
sus pueblos. Miquel Serra te lleva a la raíz, al folk más puro, ese que sale de
la tierra e invade los instrumentos, ya sean orgánicos o digitales, guitarras,
conchas, platillos o secuenciadores. Todo ello surge al escuchar “Foguerons”, la
canción que abre ‘Be-sades’ un disco de inéditos, descartes de 5 de sus 7
discos. ‘Be-sades’ juega con la fonética de las B Sides, las caras B, pero en
forma de besos, de canciones. Y ‘Be-sades’ contiene mucha sustancia. Fue un precioso
regalo publicado en momentos de encierro forzoso. Serra es muy prolífico. Así
que no se incluyeran en esos discos no quiere decir que tengan menor calidad. A
veces se salen del esquema del disco o los motivos son otros (duración del
disco, o a las canciones le faltan detalles de producción y no hay tiempo).
Pero las canciones siguen ahí, teniendo su belleza, su poder evocador.
La música parece la excusa para volcar una filosofía de
vida, de arraigo con la tierra, con las raíces, las tradiciones. Serra bebe del
folk estadounidense pero lo trasciende ¿Por qué? Porque crea su propio camino,
mirando más allá de desiertos y montañas rocosas. Quedándose en las calas de
Mallorca, en el Pla i Llevant. Serra nació en 1975 en Ibiza por accidente,
dice. Pero vive pegado a su tierra. A Mallorca. De hecho, ejerce de técnico en
la Asociación de Producción Agraria Ecológica de Mallorca. Y sus orígenes están
vinculados a Manacor y al campo.
No
se trata de un músico dónde el ego se manifieste espléndido, como si estuviera
encantado de conocerse, como es el caso de tantos otros artistas. Busca, eso sí,
la perfección en sus canciones, y toma cierta distancia. Confía mucho en
colaboradores como su el técnico, músico y productor Pep Toni Ferrer, (de
Estudis Favela, miembro de la banda Zulu Zulu). “Necesito poder escuchar una
canción mía como si fuera de otro” decía en una entrevista para el diario Ara
hace unos meses.
“Foguerons”
tiene algo de tribal, de cántico interior, de mantra vital que se repite, entre
el fuego, las cenizas, y la marcha, el final de la fiesta. Sirve de inicio
perfecto de viaje. La canción se grabó en las sesiones del disco ‘Octau Clima’
(2017). Y proyecta magia. Es ese ambiente de brujería que rodea al fuego, a las
hogueras que son un culto al sol, donde la luz demuestra su victoria a las tinieblas.
Y en las fiestas mallorquinas los demonios bailan, dan piruetas alrededor del
fuego como lo hacían los chamanes y los brujos antiguos. Serra capta ese
renacimiento del ser. De lucha contra las adversidades. Lo hace con
grabaciones, cachivaches y atmósferas poderosas como telón de fondo. Y te
envuelve en su universo, del que no quieres despegarte.
*‘Be-Sades’
es la avant-sala de un proyecto que verá la luz el año que viene: ‘S'ordre dels
anys’, un libro que hablará de toda la historia y proceso evolutivo y creativo
de Miquel Serra en el estudio (Favela), con fotos inéditas, entrevistes y mucho
de material sonoro que estará incluido en un cd. Comenta Pep Toni Ferrer.
LA IMAGEN
' ‘Els
ulls s’aturen de créixer’ (2018)
Documental
de Javier García Lerín
En
pleno confinamiento vi en Filmin el magnífico documental ‘Los ojos dejan de
crecer’ sobre el músico Miquel Serra, que recibió el Premio del Público en el
In-Édit 2018. Un documental que capta el entorno (natural, familiar) de Miquel
Serra desde el pasado, desde la infancia y su vínculo especial que tuvo con su
hermano Joan. El documental abre los sentidos a la creatividad y acerca la
comprensión de quiénes no se ubican en este mundo. La música está muy presente,
pero también el arte, la familia, el amor, la fraternidad y la amistad. Elementos
todos ellos que te conectan con la vida. En esas estampas emergen las ganas de
vivir aunque a veces duela, aunque a veces pese la vida con las ausencias. Se
intuye el dolor, se asoma, pero no se muestra gratuitamente. Un gran documento
para entender lo que significa vivir en Mallorca, o lidiar con problemas
mentales. Un aprendizaje vital. Un testimonio de cómo resistir a los desastres
vitales y seguir tu camino. Dejando a la memoria el lugar que merece. Y sin
olvidar ese trayecto acompañado de quiénes te han hecho ser el que eres.
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