Prórrogada hasta el
domingo 30 de agosto
Comisariado: Norbert
Middelkoop
Museo Thyssen
Bornemisza
Paseo del Prado, 8
<C> Atocha Renfe
/ <M> Banco de España / Estación del Arte
Horario:
Lunes:
cerrado
Martes
a sábado: de 10:00 a 21:00
Domingo:
de 10:00 a 19:00
Entrada única
(colección, temporales): 13 euros / reducida 11 (grupos de más de 6 personas),
9 (estudiantes, adultos familia números, o +65 años) gratuita (desempleados, Carnet
joven, menor de 18 años).
+ info aquí
El retrato como
reflejo social
Pese a noticias cómo ésta,
que enturbian la gestión de un museo, y acercan la cultura una vez más a la
especulación, a la falta de profesionalidad, y a los ‘puestos a dedo’. No hay
que dejar de hablar de la labor pedagógica e histórica de ciertas exposiciones
temporales. Que aunque busquen el punto efectista, el atractivo de ‘bombo y platillo’ y los nombres
estrella, son muestras necesarias para captar las esencias de la historia del
arte clásico. Y es que hablar de Rembrandt es hablar de un pintor clásico,
retratista, grabador, con muchas escenas de relatos bíblicos. Probablemente es
el pintor holandés barroco más famoso.
La técnica de dibujo de Rembrandt es sublime. Así como magistral
su trazo, la precisión de las formas, de los detalles. Esta exposición refleja
el poderío pictórico de Rembrandt y de artistas holandeses coetáneos. Sirve de
muestra del esplendor cultural, comerciante de los holandeses del siglo XVI. El
retrato es el testimonio social de la grandeza. En esta selección de obras
reina la soberbia, la rigidez y la altivez de los retratados. En esos retratos
de sociedad, de nobleza. O en esos motivos religiosos. Además esta muestra nos
ilustra y repasa los contemporáneos de Rembrandt: Frans Hal, Thomas de Keyser,
Cornelis van der Voolt, Jacob Backer, Bartholomeus van der Helst, entre otros.
Una muestra de la belleza del retrato, reflejo de una
sociedad, de un pueblo comerciante, viajero y con grandes profesionales
(médicos, orfebres, pastores, regentes, nobles, poetas, fabricantes de cerveza,
nobles, etcétera). Retratos de sociedad o de Venus y Cupìdo. Son sublimes los
autorretratos de Rembrandt ya sean en lápiz, grabado u óleo. Una exposición que
nos aporta un contexto generacional, que ilustra la sociedad de aquel momento.
Y un formato triunfante, el retrato, que servía de ilustre reflejo y tesoro del
poder social y estamental. Una exposición en la que captas gestos, emociones, perfiles.
Sirve de espejo de una sociedad, los usos, hábitos, formas de vestir y comportarse.
De la importancia de ciertas posiciones, la relevancia de ciertas familias, y
su rastro en esas pinturas. El esplendor flamenco visto en el retrato de
Rembrandt y contemporáneos. Como el dibujo y el trazo perfilan una sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario