martes, 14 de julio de 2020

ARTE / EXPOSICIONES Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670






Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670


Prórrogada hasta el domingo 30 de agosto
Comisariado: Norbert Middelkoop
Museo Thyssen Bornemisza
Paseo del Prado, 8
<C> Atocha Renfe / <M> Banco de España / Estación del Arte
Horario:
Lunes: cerrado
Martes a sábado: de 10:00 a 21:00
Domingo: de 10:00 a 19:00
Entrada única (colección, temporales): 13 euros / reducida 11 (grupos de más de 6 personas), 9 (estudiantes, adultos familia números, o +65 años) gratuita (desempleados, Carnet joven, menor de 18 años).
+ info aquí

           El retrato como reflejo social
        Pese a noticias cómo ésta, que enturbian la gestión de un museo, y acercan la cultura una vez más a la especulación, a la falta de profesionalidad, y a los ‘puestos a dedo’. No hay que dejar de hablar de la labor pedagógica e histórica de ciertas exposiciones temporales. Que aunque busquen el punto efectista, el atractivo de ‘bombo y platillo’ y los nombres estrella, son muestras necesarias para captar las esencias de la historia del arte clásico. Y es que hablar de Rembrandt es hablar de un pintor clásico, retratista, grabador, con muchas escenas de relatos bíblicos. Probablemente es el pintor holandés barroco más famoso.

         La técnica de dibujo de Rembrandt es sublime. Así como magistral su trazo, la precisión de las formas, de los detalles. Esta exposición refleja el poderío pictórico de Rembrandt y de artistas holandeses coetáneos. Sirve de muestra del esplendor cultural, comerciante de los holandeses del siglo XVI. El retrato es el testimonio social de la grandeza. En esta selección de obras reina la soberbia, la rigidez y la altivez de los retratados. En esos retratos de sociedad, de nobleza. O en esos motivos religiosos. Además esta muestra nos ilustra y repasa los contemporáneos de Rembrandt: Frans Hal, Thomas de Keyser, Cornelis van der Voolt, Jacob Backer, Bartholomeus van der Helst, entre otros.




       Una muestra de la belleza del retrato, reflejo de una sociedad, de un pueblo comerciante, viajero y con grandes profesionales (médicos, orfebres, pastores, regentes, nobles, poetas, fabricantes de cerveza, nobles, etcétera). Retratos de sociedad o de Venus y Cupìdo. Son sublimes los autorretratos de Rembrandt ya sean en lápiz, grabado u óleo. Una exposición que nos aporta un contexto generacional, que ilustra la sociedad de aquel momento. Y un formato triunfante, el retrato, que servía de ilustre reflejo y tesoro del poder social y estamental. Una exposición en la que captas gestos, emociones, perfiles. Sirve de espejo de una sociedad, los usos, hábitos, formas de vestir y comportarse. De la importancia de ciertas posiciones, la relevancia de ciertas familias, y su rastro en esas pinturas. El esplendor flamenco visto en el retrato de Rembrandt y contemporáneos. Como el dibujo y el trazo perfilan una sociedad.





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