RomeroMartín
‘Manifiesto’
Editado
por RomeroMartín y Ground Control.
Fechas de lanzamiento, jueves 30 de abril de 2020.
CUANDO VAS MÁS ALLÁ DE LAS RAÍCES:
FEYCS (FLAMENCO,
ELECTRÓNICA Y CONCIENCIA SOCIAL)
Escuché al dúo RomeroMartín por primera vez en directo en
una fiesta montada por el festival Monkey Week en la sala El Sol el pasado mes
de febrero en un cartel que compartían con Bronquio y Le Parody. Y me pareció
una propuesta sorprendente que combinaba flamenco con electrónica con muy buen
tino. Fue un concierto de poco más de media hora bien comprimido. Pero un
auténtico dardo musical. Un impacto de esos que dejan huella.
Con su disco ‘Manifiesto’ se presentan en sociedad. Ocho
canciones con un discurso directo, franco y sin contemplaciones. Lo suyo es una
mezcla curiosa, el cante aflamencado con bases electrónicas. Una combinación
cuando menos original. Ocho canciones que no dejan indiferente. Canciones
posicionadas frontalmente como “Nana del Culo” sobre la homosexualidad, o
“Tango de la coca” que habla de la adoración del alcaloide. ‘Manifiesto’ es
denso, rugoso. Propone un trayecto escurridizo pero de tantas curvas y quiebros
sabemos que hay algo fresco en este viaje. Ofrece emociones rotundas, sin red.
Como si estiraramos el flamenco hasta la madrugada, en una fiesta gitana pero
más en formato de rave. Dicen que Martín tiene querencia por los sonidos Warp,
yo le veo más libre, como si a veces quisiera abrazar la energía del funk de
las favelas brasileñas o del kuduro.
El dúo formado por Álvaro Romero (voces) y Toni Martín (productor,
bases y programaciones) se define como “aviadores kamikazes en constante caída libre. Nuestra ansia caníbal por
devorar conocimiento nos delata. El arte es promiscuo por naturaleza”. Romero
gaditano, de El Puerto de Santa María; Martín, malagueño. Romero es un buscador
de sensaciones, estira tanto la cuerda que corre riesgo de darte. Cataliza el
verso libre, ajeno a géneros (habla como si fuera hombre, mujer o trans),
también recoge versos de poetas, como del homosexual Pedro Lemebel, colabora con
artistas diversos (Rosario Toledo, Raúl Cantizano, Ángel Atienza, Pedro (Los
Voluble) Atienza, entre otros) y no calla en lo que le urge. Algo que no
siempre agrada, que no es amable, que tiene la direza Dicen de ellos que
recogen “la víscera poética de Lorca hasta el expresionismo incómodo de Val del
Omar. Proponen un viaje de cráneo y sin freno por el abismo que separa el amor
del odio”.
El
disco de 8 canciones, comprimido en algo más de 30 minutos, arranca con “Saeta
del pirómano”. Respeta ciertas estructuras del cante flamenco, y les pasan el
tamiz electrónico. Vuela libre el pirómano, el génesis aparece. “Mariana” entra
fina, con la elegancia del fandango. Y le sigue la solemnidad de “Granaína de
la herida”, con una letra de liberación sexual. “Que sí, que no” fue su primer
sencillo y adopta una fuerza sin igual. “Nací como quise yo” (Zambra) muestra
frustraciones y deseos, el legado familiar. “Nana del culo” es una demoledora
crítica contra el machismo y la virilidad absurdan. Una manera de señalar a los
que desprecian y faltan al respeto a los homosexuales. Y acaba con la Rumba de
1914, con una historia de tejes y manejes, de
inmigración, de la gente de raza, de Cuba y de lo que haga falta. Cierre con
solera.
Un
disco fulminante. En el que tragas un poco de saliva, porque se impone con un
impacto. Cuesta entrar pero una vez lo haces te sientes libre. En un terreno
novedoso. Conseguirá detractores entre los ortodoxos del flamenco. Pero es que
el público natural que tendrá RomeroMartín es un público desprejuiciado. Que no
entiende de marcos férreos, que quiere libertad, respeto y cambiar estigmas que
son un lastre para la sociedad. RomeroMartín son un revulsivo a la tradición:
se apoyan en ella y la adelantan por la izquierda.
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