MÚSICA / #UnaCanciónAlDía #50 BENJAMIN BIOLAY “Comme une voiture volée”

Portada del álbum 'Grand Prix'.

Foto Mathieu Cesar.

Foto Martin Colombet (c).

BENJAMIN BIOLAY

“Comme une voiture volée”

Publicado el jueves 25 de junio de 2020 en las plataformas de streaming y a la venta. Incluido en el álbum ‘Grand Prix’ editado el mismo día.

Edita Polydor France / Universal Music.

           EL SEDUCTOR MADURITO

         El francés Benjamin Biolay es quizás de los músicos más anglosajones del país galo. Tiene una larga carrera discográfica, con producciones estelares como aquel magnífico ‘Chambre avec vous’ que sirvió de retorno de un clásico como Henri Salvador. Productor de los inicios de Keren Ann, de su hermana Coralie Clément, o de grandes divas como Juliette Greco o Françoise Hardy. Biolay se declara fan de Lennon y Morrisey, de La Mala. Pero también de bandas como The Strokes o The Arctic Monkeys. Durante el confinamiento según nos explica la periodista Blanca Lacasa en una entrevista reciente.

         “Comme une voiture volée” es el segundo sencillo de su flamante nuevo disco, Grand Prix. Un disco que tiene un buen puñado de buenas canciones (“Idéogrammes”, “Grand Prix”, “Souviens-toi l’été passé” especialmente). Que te gusten 9 de los 13 cortes no está nada mal como balance. Curiosamente sus mejores canciones no son sus sencillos. Algo que da importancia al concepto de álbum. Un concepto denostado en el panorama actual, acostumbrado a la inmediatez de la canción. En un mundo que no concibe la duración de un disco. Lo cual es una lástima porque es un formato con mucho sentido.

En este sencillo vibrante, Biolay acude a la figura de madurito maldito, con aparentes propósitos nobles. Pese a que reina su toque fanfarrón, habitual en él. Por eso de ir de salvador del amor, “Si te hubiera encontrado antes, cuando era joven y atractivo”. “Eres bella como un coche robado”, dice en el estribillo una comparación un tanto estrambótica. Un teclado un poco de feria, o de organillo callejero, pero sus melodías tienen pegada. Otro canto más al amor. Donde la edad, la experiencia quiere jugar su baza. Pero se impone la imposibilidad.