CHICO
Y CHICA
“Mosquita muerta”
Single publicado
el 31 de agosto de 2020 en plataformas
digitales, y a la venta.
¡VIVA
EL TECNOPOP!
Hacía tiempo que no sabía nada del dúo bilbaíno Chico y Chica formado por José Luis
Rebollo (bases, sintes y programaciones) y Alicia San Juan (voz y letras). Tres
años hacen desde su último single “Un, dos, tres, orgasmo” al que acompañaba
“Chan-son egocentrique” (versión de Franco Battiato) con su particular humor ácido e inteligente y hablando
de las cosas con naturalidad y desparpajo. Y hace cuatro años de su último disco
‘Notario’. Y cuando menos te lo esperas te sorprenden con un single adictivo.
Un pelotazo de tecnopop patrio como
“Mosquita Muerta”. Tres minutos y medio de melodía y ritmo muy a lo Carlos Berlanga. Con su descaro y su
sorna tan característicos. Y claro, citando al gran maestro la canción, su
mosquita muerta no puede ser moco de pavo.
Juegan
con el pop, estirándolo y dándole juego. Aparecieron a finales de los 90 y
aportaron savia fresca al panorama musical. Le dieron un punto latino al
tecnopop (escúchese “Bomba Latina”) y mucho salero. Publicaron sus primeras
maquetas en 1996 (‘Cancione’s) y 1997 (‘Extra You’), y participaron en el
recopilatorio ‘Lujo y miseria’ (1997). Desde 1996 hasta 2001 los días de Reyes
daban siempre un concierto en Bilbao. Pero su primer EP, ‘No me preguntes la
hora’ (2000) lo publicaron con el sello barcelonés Austrohúngaro, como primera
referencia del sello de Manolo Martínez y Genís Segarra (que formaron el dúo Astrud).Y desde ahí hasta ahora, han
seguido en la casa barcelonesa ahora con Genís y Carlos Ballesteros (que
constituyen la banda Hidrogenesse).
Su
nuevo y flamante single “Mosquita Muerta” tiene unas bases impecables, bien
aderezadas con varias melodías y efectos que se asoman y alumbran la canción:
desde apuntes de cuerdas, otros a modo xilófono, y ese punto latino-español de ese
efecto redoble de castañuelas. En la letra se desliza y juega con el ambiguo de
las mujeres malignas y el lado fastidioso de las mosquitas. La letra reza un “No
quiero oler a nada” como si no quisiera atraer a las mosquitas. O ese pasaje “¡Ay, mosquita muerta qué razón
tenía / Con tu sonrisa prieta y tus medias tintas / ¡Ay, mosquita muerta qué
razón tenía! / Con esos silencios que son una uña” o los versos finales “¡Ay,
mosquita de la fruta / ¿Dónde habrás puesto esas patas? / ¡No te hagas la
efímera / En medio de la fiesta hay una fresca / que lleva tu cara puesta ”. Un
#temazo que combina lo clásico (Carlos Berlanga, Alaska y Dinarama) con la modernidad
de lo digital (que siempre ha dado el tecnopop) y mucha sorna. Infalibles.
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